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Carlos no entiende a Newton

Carlos siempre había sido un chico muy curioso. Su familia le había enseñado a preguntarse las cosas y disfrutaba mucho asistir a clase y hacerse preguntas acerca de lo que había aprendido en el aula.

Sin embargo. Ese día Carlos estaba frustrado con sigo mismo. Siempre que daba algo nuevo en clase relacionado con la ciencia conseguía demostrarlo, verlo de una forma intuitiva o ver cómo se podía demostrar. Por ejemplo, cuando dió el volumen y la masa demostró el principio de Arquímedes al ver cómo si metía su mano en un vaso el agua de este subía y cómo todo eso podía expresarse con un lenguaje científico.

Pero justo ese día en clase de Física su profesora les había empezado a explicar las leyes de Newton, ese día habían dado la primera: "Si sobre un cuerpo no actúan fuerzas o las que actúan se anulan entre sí, entonces el cuerpo seguirá en reposo o en movimiento rectilíneo uniforme (MRU)".

El problema no era el concepto. Realmente el enunciado era fácil de entender. El problema llegaba a la hora de intentar demostrarlo y verlo en la propia realidad. Cada vez que lo probaba no se cumplía, y es que era algo obvio, ¡Nadie ha visto nada que se mueva con MRU para siempre! Por eso estaba frustrado, aunque le diera una patada a una pelota una, o mil veces, al final se terminaba parando. Entonces se preguntó cómo Newton había llegado a una conclusión tan contraintuitiva y es que, ¿Cómo puedes afirmar algo si no puede experimentarlo?

Decidió investigar por su propia cuenta y al final consiguió sacar algunas conclusiones. La razón por la que la pelota se paraba era porque existían más fuerzas en la naturaleza: el rozamiento con el suelo, el aire... que se desprenden en forma de calor. Y luego, la "demostración" de Newton surgió cuando él decidió observar la Luna y se dió cuenta de que su trayectoria era un MRU influenciada por la gravedad y por el rozamiento con el aire. Además, si una bola la pules lo suficiente para que apenas presente fuerzas de rozamiento durará mucho más.

Carlos todavía no entendía algunas cosas, sin embargo, estaba contento. Sentía que había avanzado en su objetivo y que había aprendido nuevas cosas: que la curiosidad científica siempre es buena, que todavía hay muchas cosas que no comprendía y que quería comprender y que la ciencia era infinita y por eso había que seguir adelante.

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