LOS MINERALES OCULTOS

Pablo Jiménez, un joven español de 24 años que se quedó huérfano a los 12 años estaba pasando varias dificultades económicas. Se acordó de un sobre que le dejó su padre antes de morir que ponía “ÁBRELO CUANDO MÁS LO NECESITES”, lo buscó en el cajón donde lo había guardado, y al abrir el sobre se encontró un papel en el que había unas coordenadas y abajo ponía “esto ahora es tuyo”. Le dio curiosidad saber qué era suyo ahora y puso las coordenadas en Google Maps, y localizó una extensa tierra a 15 minutos de donde él vivía.

Inmediatamente cogió el coche y fue donde le indicaba. Una vez allí vio que toda la tierra estaba rodeada de una valla metálica y una puerta de madera a punto de romperse, en la puerta se encontraba un papel en el que ponía “Busco al dueño de estas tierras, si alguien sabe de él llame al 927 146 372 “ Ofrezco gran recompensa”. En ese momento Pablo se preguntó por qué tenían tanto interés en esas tierras y decidió llamar a ese número, pero no se lo cogieron, entonces decidió llamar otra vez pero tampoco tuvo suerte, no se rindió y volvió a llamar, por fin cogieron el teléfono. Por la voz parecía un señor de más de 60 años y muy amable, hasta que Pablo le dijo que era el dueño, ahí el señor se puso muy nervioso, diciendo que quería comprar la tierra y que le daría el dinero que quisiera. En ese momento Pablo no se lo pensó y le dijo que sí ya que necesitaba el dinero y al ser una tierra no muy grande le pidió unos 15.000 euros. El señor inmediatamente le dijo que perfecto y que cuando se podían ver. Pablo le dijo que lo antes posible ya que necesitaba el dinero cuanto antes, el señor le dijo que mañana él podía y Pablo no dudó en decir que sí.

Una vez que colgaron Pablo se puso a pensar por qué tenía tanto interés ya que se le olvidó preguntarle y llamó a una tía de su padre de 88 años a ver si lo sabía y le dijo que eran una tierras de un valor incalculable ya que tenía varios minerales dentro entre ellos el diamante, y que su padre no lo quiso sacar todo porque lo quería dejar para Pablo en un momento que lo necesitara. Cuando Pablo se enteró de eso llamó al señor porque podía ganar mucho más dinero vendiendo los minerales que vendiendo la finca a solo 15.000 euros, pero el señor no cogía el teléfono. Le siguió llamando y llamando pero nada.

Al día siguiente Pablo se dirigió a las tierras para hablar con el señor ya que no pudo hablar con él por teléfono y le explicó lo sucedido. El señor se negó a comprender al chico y le amenazó con denunciarlo, pero Pablo le dijo que no se lo iba a vender. Después de una larga discusión el señor se fue enfadado, entonces Pablo volvió a llamar a la tía y ella le dijo que llamara a su hijo ya que sabía mucho de minerales y le podía ayudar bastante.

Un día después Pablo llamó a Daniel el hijo de la tía y fue muy amable con él y le estuvo explicando un poco el tema de los minerales ya que Pablo estaba muy perdido.

Esa misma tarde Daniel fue a la casa de Pablo y tras muchas horas hablando decidieron entre los dos montar un negocio para los amantes de los minerales y montarlo con la extracción y venta de algunos de los minerales. Aunque Pablo no tuviera ni idea de ese tema prometió a Daniel que se iba a preparar muy bien ya que le empezó a interesar mucho el tema.

Y así le acabó cambiando al vida a Pablo de pasar a vivir con lo justo a tener un negocio con diamantes.
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