Skip to main content

Empezando la campaña

Un día cualquiera, en un pequeño pueblo de algún lugar de esos olvidados, de esos que sólo se recuerdan en campaña electoral (quizás sea mejor así, la verdad). O para instalar una macrogranja o parque eólico, que dan trabajo y ambientillo al pueblo. Afortunados a los que les toca.

Miraba la calle desde la ventana con aire distraído. El empedrado de la calle brillaba por la tormenta de anoche y el sol de la mañana. Pensaba en las semanas que faltaban para acabar las clases y comenzar los campamentos. La aparición de dos coches que doblaron la calle le sacó de su ensimismamiento. Se detuvieron y de ellos se bajó un grupo de 8 personas.

Observó con curiosidad sus rostros. No eran del pueblo ni de la zona. No los había visto nunca. Comenzaron a descargar equipaje, y lo que le llamó más la atención, largas herramientas de madera, como los que usaban los mayores en sus huertos y prados. El grupo parecía de buen humor. La que parecía mayor abrió la puerta de una casa con un cartel de 'se alquila' y el grupo al completo se internó en la casa. Imaginó que serían trabajadores de algún terreno.

A la mañana siguiente, llegando a la escuela, vio como el grupo de agricultorxs cargaban herramientas, cubos y algún maletín en los coches y tomaban el camino que llevaba a las ruinas del viejo monasterio, donde jugaba al escondite con sus compañerxs de clase. Se fijó en cómo iban vestidos. No parecía que fuesen a trabajar la tierra, sino a dar una vuelta por el monte, como esos turistas que en verano atestan las casas rurales de alquiler. Pero aún no había llegado la época. Les vio desaparecer y entró en la escuela.

Después de la comida escuchó en casa la conversación de su padre con su madre. Un grupo de arqueólogos iba a excavar durante 3 semanas en la zona del viejo monasterio. La jefa había contactado con los vecinos del pueblo porque tenía interés en no sé qué de las fases de construcción del edificio y había invitado a la gente del pueblo a que le dijesen qué querían que se hiciese con el monasterio y diesen ideas.

La junta de vecinos del pueblo se había reunido varias veces y habían decidido que además de que se excavase siguiendo el plan de la arqueóloga, se instalasen unos carteles y se diesen una serie de charlas para la gente del pueblo. Así se lo había comunicado la alcaldía a la jefa, quien había hecho una petición más. Poder entrevista a la gente del pueblo sobre cómo veían las ruinas. No parecía una gran pretensión.

Así que arqueólogos...se fue a la cama sin tener mucha idea sobre lo que era eso y pensando en que al día siguiente se lo preguntaría a su profesora.

Entró en la escuela viendo marchar los dos coches y con la idea de preguntar a la profesora sobre los arqueólogos. Pero antes de levantar la mano, la profesora inició su discurso:
- No sé si habréis visto estos días por el pueblo a un grupo de 8 arqueólogxs en dos coches que se alojan en la casa en alquiler de la cuesta... (cuchicheos y murmullos recorrieron los pupitres). Estarán de momento 3 semanas en el pueblo trabajando en el antiguo monasterio y harán entrevistas. Y a petición de la junta organizarán una serie de charlas para contarnos qué hacen y por qué. Y la semana que viene tendremos excursión al yacimiento
-¿Qué es un yacimiento?, se escuchó desde el fondo de la clase a la vez que una mano se levantaba.
- La semana que viene nos contarán todo, paciencia.

El resto de semana y el fin de semana pasó lenta, con un ambiente en la clase de nervios y ansiedad. Recordaban la última excursión a la huerta de Paco para ver los distintos tipos de vegetales. De aquello hacía semanas. En el pueblo algunxs vecincxs se habían acercado a ver los trabajos, pero lxs niñxs de la escuela no habían tenido oportunidad porque les coincidía el horario de clases con el laboral de lxs arqueólogxs, y el fin de semana únicamente pudieron verles en el bar y paseando por el pueblo y la iglesia.

El lunes llegó y lxs pequeñxs formaron en fila de dos agarrando una cuerda que guiaba su profesora. Iniciaron el camino hacia el viejo monasterio. A la salida del pueblo, les esperaba un joven sonriente vestido de montañero:

- Bienvenidxs a la primera campaña de excavación del antiguo monasterio. Lo primero de todo gracias por la acogida y el buen recibimiento. Vamos entonces a comenzar con la visita...
  • Visto: 63