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Relatos premiados

PREMIO DEL JURADO

ADULTO CASTELLANO

BUCLE

Autor: Javier Castelló Martí


Al entrar al laboratorio la penumbra bañaba la sala, a tientas intenté llegar al cuadro de luces y en el camino observé una pizarra garabateada, ecuaciones de física cuántica y relativistas, cuaterniones, campos e iteraciones que hasta donde yo llegaba a entender nadie había unificado, dos pilares que sostenían nuestra ciencia, columnas fuertes y necesarias pero paralelas sin un punto en común, una tarea ardua, fuese cuál fuese. Sara había cambiado desde el cáncer de Marc, estaba enfrascada en sus investigaciones, en ocasiones desaparecía sin previo aviso pero nunca había faltado a una sola de sus clases en el instituto tecnológico, sólo con la docencia se atisbaba un pequeño brillo en sus ojos, y yo, como amigo y como rector debía averiguar lo sucedido.

Al subir el diferencial del cuadro, un zumbido llenó la sala, todas las máquinas calentaban motores entre un mar de leds que avisaban que la luz había vuelto siguiendo las órdenes de Maxwell o Kirchoff, pero aun así, esta luz no arrojaba ni un sólo fotón de claridad sobre la desaparición de Sara. Di un vistazo general, todo parecía en orden, o al menos en apariencia; me dirigí a su zona de trabajo y al rebuscar en su escritorio, con la esperanza de encontrar un hilo del que tirar, encontré un pedazo de papel manuscrito, indudablemente era su letra y aunque no estaba completo se podía leer en él ,con la claridad propia con la que un físico buscando la ecuación más elegante, la siguiente frase:
"...no obstante intentaré nuevamente traerlo entre nosotros. Tengo esta sensación siempre. Ahora lo veo, antes raramente los observaba"

No cabía duda, sus palabras eran una declaración de intenciones, buscaba lo imposible, traerlo entre nosotros, Marc sucumbió a su agonía y ella se aferró a la única cosa que le daba esperanza, la física. Hacían una pareja indestructible, se proferían el amor de dos jóvenes y el respeto y admiración de dos reputados científicos, tal vez porque ambos eran ambas cosas. Recuerdo nuestras charlas sobre viajes en el tiempo y lo desgarrador del principio Nóvikov, según este, aunque lo consiguiese no podría cambiar nada debido al concepto de autocomplitud, se negaba a creer que todo estaba escrito, mascullaba enfurruñada que vivir en un bucle no era vivir. Me presté a seguirle el juego, creía que era una fase del duelo y que pronto terminaría, pero ella fue más allá centrando su vida en aquella posibilidad, empezó a teorizar con una interfaz de usuario multimodal, una teoría entre la física y la filosofía que decía que nuestra realidad no es más que un interfaz entre nuestra consciencia y un universo objetivo, análogamente sería como fijarse en el escritorio de nuestro ordenador, nos muestra un conjunto de unos y ceros, de corrientes eléctricas, de una manera que nuestro cerebro pueda interpretarlos, de esta forma, el universo es como es porque lo vemos y no al revés. Somos los creadores de lo que nos rodea de la manera en la que nuestra consciencia lo esculpe a golpe de cuántica y nos los devuelve como el escritorio nos da los iconos. Ella postuló que modificando la interfaz podría, de manera hipotética, cambiar el modo de ver la realidad y llegar hasta él, el tiempo no es más que una interpretación de nuestra consciencia, o eso decía ella.
Trabajé duro dónde Sara lo dejó, su pizarra seguía intacta en mi laboratorio y cada vez que la miraba las ecuaciones me susurraban que no era posible, nuestra consciencia era la clave, era una variable de las ecuaciones, pero según dicha teoría, la consciencia marcaba la realidad, es decir, estaba intentando acotar los parámetros de la consciencia utilizando la propia consciencia, era una función recursiva , se llamaba a ella misma, y Gödel nos enseñó que en estos casos no podríamos conocer la respuesta. Maldita incomplitud matemática, estábamos en un bucle, esos que tanto odiaba Sara, nos faltaba una condición inicial, un punto de apoyo para resolverlo aquel problema.

Después de todo querido lector, yo nunca he tenido el intelecto de Sara, fue mezquino por mi parte pensar que había podido ser derrotada por el vacío de la pérdida, ella ya había solucionado el problema de la condición inicial hacía tiempo. Indudablemente era un genia, vio lo que nadie llegaba siquiera a imaginar, la condición inicial tenía que ver con la propia consciencia, y más concretamente con el subconsciente.

Cuando emprendió el viaje ya era tarde, de nuevo la vida la castigó cegándola ante lo evidente, ella ya estaba en el bucle, y aunque intentó detenerse a sí misma con un mensaje (si no me creen, formen una frase con las primeras letras de cada palabra de aquella nota manuscrita que encontré en el laboratorio) su interfaz hizo que no fue consciente de ello. Y ustedes ¿Son conscientes?

Finalista

Azul sobre fondo rojo

Autor: Ignacio Tosar Bacarizo


El círculo blanquecino fue tornándose cada vez más azul, hasta que algunas formas comenzaron a enfocarse y mostrarse visibles. Lo que antes era todo blanco, ahora era una pintura con manchas azules.

Las manos del científico giraban con mimo las ruedas del micrómetro. Ya eran claramente reconocibles algunas estructuras familiares, como una especie de pared exterior, unos flagelos largos que salían hacia todas direcciones, e incluso una segunda pared interior protegiendo lo que debía ser el núcleo celular. Además de todo eso, la “cosa” se movía. Estaba vivo. O viva.

- Está vivo…

- Eso parece… Vivo. No me lo puedo creer. Lo hemos logrado, Thomas.

- Por fin, hemos encontrado vida… Y esta vez gracias a ti, Celia. Tú la encontraste bajo el suelo. Puedes bautizar a este pequeñín como te apetezca.

Era cierto, la doctora Celia Ochoa había abierto aquel agujero, con precisión quirúrgica, en el subsuelo de Marte, que es precisamente donde estaban. Tras el agujero, habían extraído unos mililitros de agua líquida marciana, y ahí encontraron ese minúsculo “ser”.

Tras cuatro largos meses de viaje, la capacidad de concentración y resiliencia de los astronautas de aquella misión había sido duramente puesta a prueba. El equipo lo formaban siete científicos: cuatro ingenieros, un médico y dos astrobiólogos, la doctora Ochoa y el doctor Gallagher.

Después del amartizaje, los ingenieros habían acabado de ensamblar los módulos habitacionales, incluyendo el laboratorio. El año anterior, otra misión no tripulada había tenido éxito al descender hasta ese punto de la Utopia Planitia marciana, muy cerca de los rover Perseverance y Zuhrong, cuya misión había concluido dos décadas atrás. Ambos robots habían proporcionado múltiples imágenes y datos útiles durante meses. El antiguo Perseverance había extraído muestras geológicas que, en otra misión de retorno a la Tierra, habían aportado los datos necesarios para que, ahora, la doctora Ochoa realizara la toma de muestras con tal precisión.

- Parece que esa gruesa pared celular le protege de la radiación y las bajas temperaturas. Y ese “núcleo”, también protegido por una segunda pared… Es algo único en la biología. Nunca habíamos visto una célula con una pared protegiendo su núcleo.

- Tiene lógica… En este entorno tan hostil, proteger el material genético parece prioritario.

De repente, el doctor Gallagher se puso serio, frunciendo el ceño con gesto de preocupación.

- Espera, aquí hay algo más… Estos flagelos, o lo que sean, se están empezando a mover de una forma extraña.

- Define “extraña”.

- No parece que los utilice sólo para moverse. Creo que salen de ellos unos gránulos transparentes… Muy raro.

- Cambia el condensador, modifica el filtro de luz ultravioleta, a ver qué ocurre.

- Estoy en ello, doctora, pero no creo que… ¡Espera!

Ahora, la doctora Ochoa también parecía preocupada. Por el monitor conectado al microscopio podía ver lo mismo que veía su compañero. Se hizo un silencio gélido en el laboratorio. Sólo se oía el ligero zumbido del purificador de aire y el pequeño motor de los frigoríficos. Pero había un sonido más. En un primer momento, tanto Celia como Thomas pensaron que se trataba del viento marciano, al otro lado de la pared prefabricada del módulo. Sólo diez centímetros les separaban de una muerte segura, con una temperatura exterior de menos cincuenta grados centígrados y una exposición radiactiva de unos 4,6 milisieverts, 700 veces mayor que en la Tierra.

Pero no. El sonido no provenía de las paredes del módulo, sino de la mesa, del microscopio. De la muestra con aquel extraño y, aparentemente, inofensivo ser.

Celia fue la primera en reaccionar:

- Activa el Nivel 4. Rápido.

- No nos precipitemos…

- ¡Actívalo ya, Thomas! Esto es serio. Creo que …

- ¡Aaargh..! -comenzó a gritar de dolor el doctor Gallagher, mientras se desplomaba en el suelo.

- ¡Thomas, no!

Segundos antes de desvanecerse, Thomas Gallagher comenzó a sentir como si millones de agujas se le clavaran en los ojos. Provenía de una especie de ácido exudado por aquel extraño ser marciano desde el porta objetos del microscopio.

Horrorizada, la doctora Ochoa observaba cómo, con su caída, el doctor había arrastrado tras de sí el microscopio. La muestra se había hecho añicos contra el suelo. Thomas, ya en silencio, no tenía ojos. Dos cuencas vacías “miraban” hacia el techo del laboratorio. Y eso no era todo. Unos filamentos casi transparentes comenzaban a arrastrarse y a crecer alrededor de los cristales del suelo.

- El oxígeno… -comenzó a balbucear Celia- El oxígeno ha acelerado su metabolismo…

No pudo continuar. Lo último que se le pasó por la cabeza antes de perder el conocimiento fue qué pasaría con la misión. Pronto quedarían congelados y radiados en cuanto se abriera una brecha en el módulo. Los otros astronautas, en el módulo contiguo, sufrirían la misma suerte. Aquel inofensivo punto azul les había vencido, y había teñido de rojo todo el suelo, el suelo de Marte.

JOVEN CASTELLANO

Inmortalis

Autora: Lydia Gallego Sánchez-Toril 


—Señores, señoras, agradezco que acudan a contemplar la creación de una nueva época, un nuevo ser humano. Alguien dijo: “La muerte está tan segura de ganar, que te da una vida de ventaja”. Martin Heidegger confirmó que “la muerte es el acontecimiento esencial en la aventura humana”. ¿Y si eso cambiara? —Mi voz sonaba confiada. Vestía un terno azabache con gemelos platinados y me encontraba en una sala de conferencias, sobre una elevada plataforma caoba—. Turritopsis dohrnii, tardígrado, hydra o Palinurus elephas; ¿saben qué tienen en común? Son animales inmortales. La primera, la “Medusa Inmortal”, comienza siendo una larva llamada pólipo, como el resto de cnidarios, que se agrupa en corales hasta convertirse en medusa. Sin embargo, al detectar una amenaza vuelve a su estado de pólipo, así que no envejece.
»El tardígrado es capaz de reducir su metabolismo al 0,01% cuando detecta peligro, convirtiéndose en una roca sin necesidades hasta que alcanza un ambiente habitable. Si partes a una hydra por la mitad se regenerará, formando dos individuos. Y las langostas aunque mueran por agotamiento generan telomerasa, que impide que los telómeros del ADN se degraden, pues a cada nueva división celular estos se dañan provocando el envejecimiento.
»No es perfecto, pero descubrí que podemos adquirir las capacidades de los tres últimos animales. La de la medusa sería para emergencias, por si algún sistema fallara o acabáramos agotándonos. ¡Seríamos inmortales! —Mientras la sala se sumía en un silencio de expectación, yo preparaba una inyección amberina—. ¡Observad la veracidad de mis palabras!
A la vez que introducía la aguja en mi cuello, por la ventana se aproximaba a gran velocidad una ráfaga de colores anaranjados. Justo en el momento que el líquido recorrió mi aparato circulatorio, algo impactó a unos kilómetros del edificio, y un fulgor cegador me impidió saber más.
Solo necesitaba parar, no tenía que moverme, ni respirar, ni comer. Solo parar.

La luz me cegaba. Retazos de lo ocurrido deambulaban en mi memoria.
El cielo brillaba con un color extraño y los rayos del sol refulgían intensamente. Mi cabeza giraba, y aunque hiciera calor, la temperatura era apta. Cuando miré a los lados vi un pastizal cetrino con una curiosa flora.
Y solitario.
¿Dónde estaban todos?, ¿y el edificio?, ¿dónde me encontraba? Logré levantarme y observar mis alrededores. No era hierba normal, y los árboles parecían de otro planeta. ¿Qué estaba pasando?
Anduve kilómetros o metros, hasta que encontré un cráter que desprendía un calor abrasador. Y, en el centro, una gran roca grisácea del tamaño de una casa. Entonces, ¿aquello de la ventana era un meteorito? La explosión no fue más grande que la bomba de Hiroshima. La naturaleza sobrevivió, y si no había renacido y era habitable. ¿Por qué no había nadie?
Me acerqué al aerolito tapándome el rostro para protegerme del calor que emergía del núcleo de la corteza. Al asomarme observé que había chocado contra rocas de feldespato de potasio.
Al colisionar, el meteorito lo lanzó a la atmósfera, alterándola y provocando la muerte humana. Yo sobreviví, mi cuerpo había interiorizado la capacidad del tardígrado en el momento en el que el meteorito chocó. O incluso la de la hydra, y había una copia igual a mí.
Era la única humana con vida, y jamás moriría.
El mundo había cambiado. ¿Qué iba a hacer?, ¿fue una buena elección? El concepto tiempo se quedó ambiguo, y mi cordura peligraba, así que intenté recrear humanos. Aunque fueran robots. Era la mejor científica de la historia, pero tendría que empezar de cero.
Podría cortarme mis extremidades, pero no sabía si mi cuerpo toleraba la habilidad de la hydra, y si nos reproducíamos asexualmente no habría ningún progreso, seríamos todos idénticos a mí.

Tiempo después me di cuenta que el único inconveniente fue no predecir que duraría más que el planeta. El sol explotó, abarcando la Tierra. Mi metabolismo se redujo y comencé a flotar por el espacio como si fuera una roca, únicamente podía pensar.
Vagué, arrepintiéndome por la ingenuidad y avaricia que me habían llevado a aquella eterna condena, y cuando me cansé de lamentos, reflexioné sobre la humanidad y nuestro pésimo avance. ¿No decía la teoría de la evolución que conforme nos reproducimos nos adaptamos fisiológicamente para progresar como especie?, ¿por qué entonces nos hemos deteriorado tanto?, ¿por qué el humano, el ser más inteligente, nunca lo fue? Crueldad, avaricia, egoísmo… Y al final, ¿para qué sirvió todo?, ¿para qué sirve lo que hacemos? Si el final siempre será el mismo: este final, donde descubrimos que nunca lograremos ser más grandes que el universo, por mucha magnanimidad que creamos poseer.
Queramos o no, moriremos. Si no es de forma natural, acabaremos flotando en el espacio, convirtiéndonos en una parte más de esta materia espacial tan inmensa e infinita como jamás podrá serlo una vida.

Finalista

HUELGA DE CERILLERAS

Autora: Sara Redondo Vázquez


30 de junio de 1888
Querido diario:
Me llamo Lisa. Llevo mucho tiempo trabajando en la fábrica de cerillas Bryant & May. La empresa nos paga una miseria, pero encontrar un trabajo para una mujer no es tarea fácil, así que nos apañamos con lo que tenemos.

Nos dividen en varios grupos de trabajos, como cortar la madera o empapar los palillos en fósforo blanco. Todas las mañanas entramos puntuales a la fábrica y olemos el fósforo, ese fósforo…

La empresa empezó a utilizar el fósforo blanco después de que Charles Sauria descubriera que se podía utilizar en las cerillas para aumentar la llama en 1830. Estas son más vendidas que los lucíferos (cerillas), inventadas por accidente por John Walker en 1826 mientras intentaba crear un explosivo. En vez de crear una bomba, creó una gota compuesta de sulfuro de antimonio y clorato de potasio, que se había endurecido al mezclarse con goma y almidón. Esta gota, al frotarla contra algo áspero, alcanzaba suficiente temperatura para crear una pequeña llama. Y a esto es a lo que nos dedicamos, a recrear el trabajo de Walker.

1 de julio de 1888
Desde que hacemos cerillas con fósforo blanco, muchas de las cerilleras han empezado a tener dolores de mandíbula y se les caen muchos dientes, pero la fábrica niega que el motivo sea nuestro trabajo.

Cada vez nos imponen más multas por tonterías. A Sarah, una amiga mía, ¡le han hecho pagar 6 peniques porque se le había caído una caja de cerillas! Parece poco dinero, pero comparado con el salario que nos pagan por estar 14 horas aquí, es una barbaridad. Además, la caja de cerillas no costaba eso, por mucho que el director dijese que era una multa justa.

Nadie quiere este trabajo, todas las que estamos aquí es por necesidad. Pero no sé si aguantaremos mucho más…

2 de julio de 1888
Hoy ha pasado algo…inimaginable. Han despedido a una cerillera sin motivo alguno, aunque en el expediente habrán puesto algún pretexto que será falso. Hoy, por primera vez en la historia de Gran Bretaña, haremos una huelga. Nos sobran motivos para hacerla, pero seguro que no tenemos toda la opinión pública de nuestra parte. Muchas de nosotras tenemos miedo: miedo a que no volvamos a encontrar trabajo, miedo a que todos nuestros esfuerzos sean en vano, y miedo a tener que volver a la fábrica.

6 de julio de 1888
Todas las cerilleras de la empresa estamos en huelga; la fábrica ha cerrado de forma temporal. Reclamamos un salario digno, mejora de las condiciones laborales y nuestros derechos como empleadas. Ni la policía puede pararnos, sus palos de metal no pueden apagar la llama de la justicia.

16 de julio de 1888
La huelga ha terminado. Hemos llegado a un acuerdo con el director de la empresa, donde nos garantizan mejores condiciones laborales y salarios más justos.

Bryant & May estaba recibiendo muy mala prensa al haberse enterado los medios de la fosfonecrosis, enfermedad provocada por el fósforo blanco que hace que el hueso de la mandíbula vaya muriendo, lo que ponía a la empresa como culpable de las enfermedades de las cerilleras. Esto ha ayudado a que llegáramos a un acuerdo más rápido.

Mucha gente nos aplaude desde las calles, pero casi ninguna empresa nos quiere contratar por temor a que nos revelemos contra ellos. Es duro decirlo, pero no sé si todo esto ha valido la pena.


13 de junio de 1910
Querido diario:
Por fin se han alertado de todas las enfermedades que puede llegar a causar el fósforo blanco, desde irritación en la garganta hasta daños en pulmones, corazón, riñones…
Por fin se ha prohibido su uso.
Por fin se utiliza el fósforo rojo en las cerillas, y de forma más controlada y segura.
Pero nosotras quedamos en el olvido.

23 de mayo de 2022
Querido diario:
Te empezó a escribir mi bisabuela hace más de cien años, y ahora continuo yo su historia.
Voy a mi pueblo y tengo que encender la chimenea. Cojo una cerilla y la observo con detenimiento. En su cabeza, hay clorato potásico, azufre, y óxido de hierro. Al rasparla sobre la cinta que contiene vidrio en polvo y fósforo rojo, una pequeña cantidad este último componente se transforma en fósforo blanco, lo que provoca la llama. Para que no se descontrole, en el palillo de la cerilla hay fosfato monoamónico, un compuesto químico que se utiliza también en algunos extintores.

Hoy, sostengo en mi mano el trabajo y la historia de mujeres luchadoras y de científicos. Miro el palillo, y veo que todo lo que tenemos lo han hecho otras personas.

Hoy, me doy cuenta que hasta lo más sencillo tiene una historia.

ADULTO CATALÁN

INTEL·LIGÈNCIES

Autor: Xavier Cardús i Lleida


-Caso’n Dena! - exclamo en veu alta en sortir del portal de casa i gairebé ser envestit per un patinarie que circula a tota castanya per la vorera amb un d’aquests patinets elèctrics que s’entesten en nomenar Vehicles de Mobilitat Personal. Vehicles de Mobilitat Personal! O Emabepé, que fa més modern... Va, home, va! Són unes màquines diabòliques conduïdes per uns brètols a qui ningú posa fre!

Quan arribo al laboratori de cibernètica de l’empresa d’automoció per la que treballo, em poso a treballar en el projecte que tenim endegat: perfeccionar el sistema de mobilitat autònoma del prototip de cotxe de pila d’hidrogen que la marca vol enllestir abans de final d’any. El repte és emprar un sistema d’intel·ligència artificial (som-hi, un altre oxímoron!) que segueixi criteris ètics en la conducció. Encara ric en recordar el meu Cap quan deia: «hem d’aconseguir que el sistema de conducció autònoma avaluï el mal menor davant el dilema de si atropellar un avi que creua sense mirar, o donar un cop de volant i encastar el cotxe frontalment contra el vehicle que circula en direcció contrària». Quina bajanada! Quin gamarús, el meu Cap! Què no veu que cap sistema d’intel·ligència artificial tindrà en compte tots els factors!? I si l’avi és un Einstein despistat que encaparrat en les seves cabòries està a punt de trobar el remei a una malaltia incurable fins aquell moment? I si al cotxe que circula en direcció contrària hi va una família amb criatures petites? I si els passatgers del cotxe autònom moren en l’impacte? Res, home, res, que cap intel·ligència artificial podrà decidir quin és el mal menor... Però no li ho vaig dir. M’ho vaig callar com un calçasses. Li havia d’haver dit que el sistema de conducció autònoma hauria de fer el que faria un conductor humà: FRENAR! Efa, erra, e, ena, a, erra. Frenar. I punt. I si no hi ha prou distància i t’endús l’avi per endavant... Tal dia farà un any!

* * *

Tot el dia hem estat treballant en anàlisis de probabilitats, arbres de fallada, pas a l’estat segur, avaluació de les diferents casuístiques que se’ns puguin acudir, analitzant els diferents tipus d’accident que es produeixen i llurs conseqüències... El cap em bull! Em cal un descans.

Vaig fins on està la màquina de cafè i selecciono un tallat sense sucre. Mentre em prenc aquesta aigua calenta, massa calenta, amb una cosa que intenta recordar l’aroma de cafè, em ve a la memòria l’anècdota d’aquest matí amb el maleït patinet. I aleshores ho tinc clar: sempre que existeixi la possibilitat, davant un risc de col·lisió o atropellament, el cotxe autònom «decidirà» que el mal menor és anar cap on hi hagi un patinet elèctric!

Corol·lari: la intel·ligència artificial és funció de la intel·ligència dels humans que defineixen els criteris de decisió de la primera.

Finalista

Desídia tèrmica

Autora: María Marín Vilar


Els termòmetres es fonen i la vegetació crema ferotgement. Interrompem, durant uns dies, el pensament monogràfic de l’onada de Covid per centrar-nos en l’onada de calor. Que com a emergència - la climàtica - no està superada ni de ben lluny, ni coneixem vaccí esperançador.

Faig mitja volta estirada al llit, com un filet socarrimat a la paella, i tracto sense èxit d’obviar aquesta xafogor que em treu la son. Cap per avall l’exhalació del meu diòxid de carboni m’apuja la temperatura corporal fins fer-me desistir la son i l’assossec. La meva pròpia medecina.

Dubitativament em debato entre deixar finestres tancades amb persianes baixades per no deixar entrar l’enemic i finestres obertes amb persianes aixecades per obligar-lo a sortir. Desitjaria abandonar aquest cos tòrrid i enganxós per esdevenir una millor termoreguladora, ser la guineu de Rüppell (Vulpes rueppellii), capaç de tolerar les temperatures extremes del desert. Em manquen, entre altres aptituds, unes orelles més grans per poder refrigerar el cos i un pixum més concentrat per estalviar la pèrdua d’aigua. Com a estratega sóc un nyap: no faig més que deixar passar els minuts en el cercle viciós d’emplenar ampolles per posar-les a la nevera, beure’m l’aigua fresca i anar al lavabo. Costa d’entendre que primer s’extingeixi ella i no pas jo.

El ventilador em dispara l’aire calent del menjador i em teletransporta al carrer: ara camino per sobre d’una reixa de ventilació que m'embolcalla amb una bafarada d’aire calent d’ultratomba de baix a dalt, ara m’imagino plàcidament suant a l’andana del metro en una espera que se’m fa eterna. I ves que no m’he mogut del sofà i ja tinc ganes de tornar a casa per experimentar el moment plaent de travessar el portal, fresc com un càntir. Ara desitjaria ser càntir, pou, aljub. Que no tinc prou amb nodrir-me d’amanides i gelats i ruixar-me amb el difusor d’aigua, alternant un rajolí per l’aloe, un altre per a mi. Que sento que la força de la gravetat em xucla terra endins per obligar-me a arreplegar la tensió que m’ha caigut ben avall.

M’amputo el sofà de la resta del cos i em dutxo amb aigua tèbia. Atresoro aquests tres minuts de semiglòria que em desperten, per fi, la ment. I si m’agosarés a fer-me un te ben calentó per obligar el cos a transpirar per incrementar la sudoració i rebaixar així la temperatura corporal? Però trec un peu de la dutxa i torno a recordar la mediterraneïtat que m’envolta: aquí no hi ha qui s’evapori, aquí la moda tèxtil de l’estiu sempre és la capa de suor.

Retorno a ser diana del ventilador i jugo amb les velocitats, que la més alta em molesta als peus, que la més baixa no m’arriba a la cara. Provo amb el trencaclosques de les distàncies per pal·liar aquesta calitja anguniosa. Prou. No puc més. M’inflo de determinació per fer la llarga travessia en transport públic fins la platja. Substituiré els meus debats interns de ventiladors i finestres pels de protector solar, sorra i mar.

I enmig d’aquesta angoixa trobo un sentiment molt nostrat, que em resisteixo a deixar que canviï, la meravellosa sensació de menfotisme estètic en tornar de la platja. Si a l’anada el meu cervell torrat ha considerat oportú parar-se a rumiar sobre el decòrum - que no es vegi massa el banyador sota la roba, recull-te els cabells suats poc lluïdors - a la tornada l’anhelat benestar tèrmic sembla haver activat els circuits neuronals que distorsionen la realitat, el temps i l’espai. Ni em preocupa la roba mullada, ni la sorra als peus, ni els cabells despentinats. Per una estona aconsegueixo apagar, també, l’interruptor de l’ecoansietat - sempre engegat en segon pla - i deixo de pensar el present i el futur que ens vindrà.

Però no dura gaire aquest goig, perquè al capvespre torno a estar ingènuament sorpresa de què el sol marxi però no la calor i renego dels meus ofecs mentre l’asfalt sec bull, nostàlgic de les pluges torrencials que el final de l’estiu ens portarà com a conseqüència d’una mar reescalfada. Torna a ser nit d’insomni i vapor d’aigua; cloc els ulls i em deixo endur per la desídia fins que onada rere onada, tard o d’hora s’acabi consolidant l’oceà.

JOVEN CATALÁN

Visc amb un llaç rosa

Autora: Ada Vadillo Martí


Poques vegades som conscients de la quantitat de coses que passen a cada instant al nostre cos i de l'increïble que és que tot es mantinga en ordre. Cada segon que passa al nostre dia, milions de cèl·lules del nostre organisme es multipliquen, regenerant els nostres teixits en unes condicions d'equilibri entre les cèl·lules que moren i noves cèl·lules que es divideixen. Per desgràcia, aquesta maquinària és imperfecta: sovint, aquest equilibri es trenca. I una cèl·lula comença a dividir-se sense frens, sense control, arrasant tot al seu pas. I donant lloc a una de les malalties més conegudes mundialment: el càncer.

12:44 - Hospital La Fe de València.

Vaig eixir tan de presa d'aquell consultori de metge com vaig poder. Estava lívida, el més segur és que inclòs no em distingeix amb les parets d'aquell hospital. El cor em bategava tan de pressa que gairebé ja no era capaç de respirar. Vaig trucar a la porta del servei de dones per veure si hi havia algú ocupant-lo, però com que no respongué ningú vaig tancar la porta a tot córrer perquè ningú escoltés els meus plors.

Em vaig haver de torcar les llàgrimes abans d'eixir d'aquell bany perquè ningú pugues-hi veurem d'aquella forma, afectada, o pot ser en xoc. Vaig baixar de les consultes externes capdavall, visualitzant tot al meu voltant fins a l'eixida. No trobe moment per cridar a ningú, no puc, em trencaria solament en escoltar als meus pares o inclòs a la meua parella a l'altra banda del telèfon. Així que em vaig apropar al metro per poder dirigir-me a casa.

Vaig haver d'esperar vint minuts a la parada de Sant Isidre. Asseguda al seient el diagnòstic s'amuntegava al meu cap:
Anatomia patològica:
-Resultat: Maligne.
-Categoria 6: suggestiu d'adenocarcinoma endometrioide.

El càncer d'endometri és una malaltia que s'origina en la capa interna de l'úter. Aquestes cèl·lules són molt sensibles als canvis hormonals i això fa que durant la vida reproductiva, gràcies a les hormones que va produint l'ovari, estrògens contraposats amb progestàgens, anem tenint menstruacions. Quan hi ha un desequilibre d'aquestes hormones es produeix un sobre creixement d'aquestes cèl·lules internes i és així quan tenim l'origen del càncer. Tanmateix, tan sols un 2% d'adolescent són diagnosticades amb aquest, i jo formava part d'elles.

Al meu cap hi giraven un munt de preguntes que es formaven a cada instant, era tan dolent com si m'estiguessen torturant amb eines de l'edat mitjana. Però, que se suposa que hauria de fer?, i els meus estudis?, i la meua vida?

Pròxim tren amb destinació plaça Espanya, línia u.

-Ací hi ha dos seients, teta!
Enfront meu va seure una noia molt menuda, d'aproximadament uns sis anys. La seua aparença em recordaven a la meua infantesa. Era una noia curiosa, amb els cabells caragolats a qui l'apassionava parlar i preguntar milers de coses.

De sobte em van vindre milers de records al cap: L'olor de les llepolies que més m'agradaven, el fet de passar-me el dia jugant amb nines. La meua antiga innocència em recordava el poc reconeixement que li donem a la infantesa quan som petits i això que és l'època més important de la nostra vida. Gaudim de la cosa més petita, ja que aquesta és la més gran del món. Trobem en els ulls d'un infant una lluentor que fins la persona més rica del món pagaria per tornar a tindre als ulls, perquè els cors d'aquests són purs. Cap malaltia, cap desamor, cap insatisfacció. Ells encara no han patit res d'això i per aquest motiu no jutgen, tan sols veuen el seu voltant d'una forma totalment diferent.

Em vaig disposar a baixar del metro mentre la petita s'acomiadava de mi. En arribar al rebedor de ma casa vaig examinar la meua bossa de mà per trobar les claus.

- Vols que t'ajude bonica?

Era la meua veïna del primer, una àvia meravellosa. Sempre la trobava passejant cada matí amb el seu marit. Feia tres mesos que l'home hi havia difunt, però aquesta continuava amb el mateix somriure que la caracteritzava. Ella mateixa deia que ja no pensava en la longevitat. Ella havia viscut, volgut, explorat, rist i plorat. El seu llibre de vida ja havia sigut omplit amb milers d'experiències i això ja no li ho podia llevar ningú. Vaig ficar la clau al pany, vaig obrir i desitjar que tota aquesta situació fos un malson..

Visc amb un llaç rosa de què no em puc soltar.

Visc amb un llaç rosa que em lleva els cabells d'un en un fins no deixar-me'n qualcun al cap.

Visc amb un llaç rosa que em lleva la fortalesa fins no poder caminar.

Visc amb un llaç rosa que em dificulta tant la parla com poder respirar.

Visc amb un llaç rosa que no em deixa viure ni em deixarà...

Finalista

Les creus

Autor: Brian Bach Cos


Les portes es van tancar. No vaig tenir temps de plantar amb força els peus quan els sortidors van començar a escopir aquell líquid incolor de pudor de net. Vaig caure de genolls a terra, i així vaig romandre els tres minuts que va durar la purificació. Cada dia era així, i és que per posar-se una creu havies d’estar totalment descontaminat.
Un cop acabat el procés, es va obrir davant meu l’armari. Hi havia un cos metàl·lic amb forma d’homínid. Corrien esteles de llum àuria per la seva superfície, que complementaven el seu cendrós natural, per fer-lo menys trist. El casc, coronant l’exoesquelet, deixava entreveure el que s’hi trobaria per dins. Milers d’estímuls traduïts en imatges que s’oposaven entre la teva vista i l’exterior. Al pit, escrit amb la tipografia oficial de l’estat, CROSS-12. La creu. La meva creu.
Del sostre en va caure l’uniforme del Partit. Mai no havia conegut cap altra roba que no fos aquesta. Un cop posat, vaig acostar la mà al pit de l’esquelet. Les llums van prendre un color blavós, i tot ell es va obrir per deixar-m’hi entrar. Des de la malaltia dels setanta de la nova era, la gent no sortia sense dur-la posada. Seixanta anys després, fer-ho era com estar despullat, encara que ni de bon punt anessis nu. Les creus s’havien convertit en el nostre cos. La imatge que donàvem portes enfora, en un món on l’aparença era tot el que importava. Era part de la nostra identitat encara que, de fet, ja feia anys que havien eclipsat totalment la identitat de qualsevol despullat.
L’esquelet es va tancar i es va començar a omplir de sèrum. Els últims tres models l’havien adoptat davant la impossibilitat de filtrar l’aire de l’entorn, que s’havia tornat un mar de gasos tòxics i partícules en suspensió. Les creus es renovaven cada deu anys, en una gran cerimònia que tenia lloc davant de l’edifici del Partit, al bell mig de la ciutat. Era una torre de formigó armat, carregada de pantalles que bramaven propaganda del Líder. Però en el dia en què es presentava el nou model, al que dèiem Dia de la Creació, les pantalles no feien més que emetre les imatges de com era el món abans de la salvació. La salvació a la qual ens havien dut les creus. Un món en guerra amb si mateix, on no es veia res més que destrucció. Un món que va acabar amb l’entrada de la nova era, i la creació de la primera creu.
Era u de juny del 130. El calendari era una de les poques coses que conservàvem del món antic. Era el Dia de la Creació. Els carrers s’adornaven d’imatges del Líder clamant que havia dut la pau i la bellesa al nostre món. Però jo no en sabia, de bellesa. No havia vist més que aquella ciutat, un cementiri de torres infinites, plenes de monitors amb mil promeses d’una vida millor. Però en aquell món no hi havia lloc per les aspiracions. Hi havia qui les perseguia, enganyat per qui no sabia més que fer-ho. Ens dividíem en enganyats i enganyadors. Però jo no n’era cap dels dos. Almenys, això creia.
Quan vaig arribar a l’edifici del Partit, encara era aviat. Vaig seure en una parada d’aerobús, ja que a la plaça del Líder no hi havia lloc per bancs. Deien que eren un cau d’enrenou, penable per la llei “antigresca”, implementada feia un parell d’anys. Vaig alçar la vista al túnel d’aire, per on passaven els cotxes per sobre el meu cap entre cercles d’acer. Un dels cotxes en va baixar. Un furgó negre, seguint l’estètica de les forces de l’Estat. De sobte, vaig veure que una de les poques persones que hi havia a la plaça havia començat a córrer. Duia un model antic, dels primers serumats, que era com se’ls deia col·loquialment als que no duien filtre. Es van sentir dos espetecs i va caure desplomat a terra. En un intent desesperat per escapar, va obrir la creu i va tornar a córrer. No va arribar als deu metres, i va caure un altre cop. El van carregar al furgó amb la fredor pròpia de la societat a què havíem fet bressol durant cent trenta anys.
Quan se’n van anar, vaig albirar un petit objecte a terra. El vaig agafar i em vaig esgarrifar. Era un llibre, prohibits amb l’entrada de la nova era. Però la temptació era massa. El vaig obrir i vaig començar a llegir. Parlava de coses insòlites. D’éssers vius més enllà dels humans, i de plantes sense plàstic. Persones sense creus. Parlava de llibertat, i d’un món on el gris no era protagonista. Un món on podies tocar amb la mà nua i on la gent estimava. Un món que vaig estimar.

ADULTO EUSKERA

BEGIRADA LAUSOA

Autor: Iñigo Legorburu Arregui


BEGIRADA LAUSOAK
“Ikusgarria den arren, egun gaurik ezin da ikusi”. Halako amuak botatzen zizkidan aitona ehiztariak nerabetan, bere tranpan jausi nedin. Garai errebeldeak bizi nituen ikastetxean irakasle zein gelakideekiko eta halako batean, klasean astronomia ikasten ari ginela, irakaslearen konstelazio mapei su ematea otu zitzaidan. Eta nire bizitzako ikasgairik garrantzitsuena hartzeari ekin nion hilabeterako etxera bidali nindutenean.
Guraso biak iluntzeraino lanean aritzen zirela-eta, aitonarekin egotera kondenatu ninduten. Kondena askatzaile bat suertatu zen hura ordea.Eta aitonak mundua ez zuela begiratzen konturatu nintzen, hark behatu egiten zuelako ingurua. “Aurtengo San Jose loreak otsailean loratu dira eta hori, txarra da”, “inurriak urduriegi dabiltza gauza onerako”… Klima aldaketaren hitzik erabili gabe, munduaren norantzaren zantzuak atzemateko gai zen.
Santa Luzia inguruko urteko egun motzenetarako, teleskopio bat ekarri eta argi hitz egin zidan: “ Munduarekiko duzun begirada lauso hori urrutira begiratuz zuzentzen lagunduko dizut”. Ez nion ezer ulertu hasieran baina hark konstelazioen erretolikarekin jarraitu zuen: “Kasiopea, Hydra, Lyra eta beste ehundaka hor egon dira gizakia jaio aurretik eta gu desagertutakoan ere, hortxe egoten jarraituko dute. Eta zu bezalako mutiko handiuste bati, zein txikiak garen irakastea dute helburu”. Zur eta lur gelditu nintzen bere hitzekin. Errieta zen baina errieta eraikitzaile bat, unibertsoan zein gauza ezdeusa nintzen azaltzen zuena. Deseraikitzen ninduelarik, beste ni bat jaio zedin bilatzen zuen aitonak.
Munduko teknologiarik aurreratuenak eta aldi berean, xinpleenak erabiltzen zituztela teleskopioek azaldu zidan: “Ispiluak eta euren arteko ispilu-jokoak erabiltzen ditu teleskopioak bere baitan galaxien handitasuna txikitzeko”. Nik etxeko komuneko eta armairuetako ispiluak imajinatzean, hark zuzendu ninduen: “Ispilu ahurrak eta ganbilak dira, zientziarako bereziki eginak” eta segidan, bere hitz-joko jolasti batekin amaitzen zuen: “ Galaxiak gure esku ahurrean beti, haiei begira ganbil-tzala kar-kar!!”.
Aitonaren ondoan orduak eta orduak pasatzeari ekin nion, bizitza deskubrituz eta unibertsoan bizirik ba ote zen arduratuta. Entzuten eta ikusten ote gaituzte? Gure berri ba ote dute? Eta zintzoak edo gaiztoak ote dira?
Aitonak nire itaunei beste galdera batzuekin erantzuten zien.
- Eta zu, zer zara? Zintzoa edo gaiztoa? Begiratzen den ispiluaren araberakoa izango da erantzuna, ezta?
Nire barne giroa goxatzen lagundu zidan aitonarekin bizitako nire nerabetzaroko etapa hark. Eta orain, beste “barru giroei” buruzko erantzunak topatzen pasatzen dut denbora, eguraldi gizona naizelako telebistan. Delfosen orakuluaren bertsio modernizatu bat. Eta ni nintzen aintzinako “satelitea” izateari utzi eta benetako sateliteekin egiten dut lan.
Aitona ere aspaldi joan zen beste galaxia batera baina aurretik galaxien eta batez ere, bere unibertsoaren argitasun guztia igorri zidan. Bizitzarik ez genuen topatu kanpo espazioan baina barne txokoetara bizia bueltatu zidan.
Izan ere, nerabetzaroko teleskopioarekin noizbehinka leiho ondora irteten naizenean eguratsa behatzera, bere mundua ikusteko era eta mundu berrietara gerturatzeko bideak argitzen dizkidala sentitzen dut, dagoen lekutik. Eta teleskopioa eta bere barruko ispiluak leihora, ezkaratzera edo bide bazterrera mugitu arren, nik bere ispilu izan nahi dudala sentitzen dut.Teleskopioa etengabe mugitzen zuen baina gezurra zen.
Teleskopioa bere barruan zeramalako. Teleskopioek, gizakion ispilu bezala ere funtzionatzen dutelako: Beti beste norbaiten bila dabiltza, haren ondoan bizitza berriak bizitzeko.
Eta bizitzarik ba ote den unibertsoan jakin arren, aitonari esker nire barne unibertsoa bizi bizirik mantentzen dut. Izan nintzen haur hura besarkatzen jarraitzen dudalako egunero nerabetzaroko teleskopioari esker.
Begirada lausoak, beste zentzu bat nigan gaur egun. Sentimenduena.
MAISU

Finalista

KONTRAERASOA

Autora: LEIRE ENZUNZA ATXA


Une hartan alarma guztiak piztu ziren beta gunean. Hori zen itxaroten zegoen seinalea.
Denbora galdu gabe, ilunpetan aurrera egin zuen, nahiz eta bide egokia aukeratu ote zuen erabat ziur ez egon. Bizkor zihoan, atzera begiratu barik. Espioiek eman zioten mezua ahalik eta lasterren eman behar zuen, etsaiek harrapatu eta suntsitu baino lehen; edo, are okerrago, haren kontra erabili baino lehen.
Azkenean tunela aurkitu zuen. Inolako zalantzarik izan gabe, barrura sartu zen beste aldera gurutzatzeko.
Behin etsaiaren lurraldera iritsita, berehala begietsi zuen zein bitartekoari eman behar zion mezu ezkutua. Haiek bakarrik ezagutzen zuten kode sekretu baten laguntzaz, hitzez hitz itzuli ahal izan zuten gutuna. Horrela, behin mezu argia edukita, hartzaileari bidali ahal izango zioten.
Azken bidalketa hori egiteko, postaria prest zegoen. Ez zegoen denbora askorik jada. Mezua kontu handiz bildu zuen, galtzea zaila izan zedin. Dena antolatuta zeukala, ontziratu eta ur bareen artean nabigatzen hasi zen. Lehenbailehen entregatu behar zuen, inolako eragozpenik gabe.
Planak funtziona zezan, paketearen mezua kanpora askatu behar zuen. Eta hara zihoen zalantzarik barik.
Mugara iritsi zenean, paketea ireki eta azkar askatu zuen edukia.
Pixkanaka-pixkanaka, odoleko glukosa mailak egonkortzen hasi ziren. Intsulinak egina zuen bere funtzioa. Pankreako zelularen organulu guztien lankidetza ezinbestekoa izan zen alarma seinaleari erantzuteko.
Momentuz, arnasa hartu eta atseden har zezaketen. Gutxienez, beste seinale batek beste inork baino azkarrago eta eraginkorrago erantzutera behartu arte.

JOVEN EUSKERA

ZERGATIK DAUKAGU GURE GURASOEN ANTZA?

Autora: Ainhize Puertas García


Kaixo! Ni Maria naiz. Hemeretzi urte ditut. Argala naiz, nire ile leunak gaztaina-kolorea dauka, eta ezti koloreko begi argiak ditut.

Zazpi urteko neskatoa nintzela gertatu zen. Ekainaren amaierako asteburu bat izan zen. Ez naiz gogoratzen zehazki zein egun zen, badakit egun hark nire bizitza osoa aldatu zuela.

Normalean 9:00ak aldera esnatzen nintzen, baina egun horretan lehenago altxatu nintzen, nire gurasoak sukaldean hizketan entzuten nituelako eta hondartza hitza entzun nuelako.

-Bai!!! Hondartzara goaz.- oihukatu nuen.

Nire amak irribarre egin zuen, pozik zegoen. Bere besoetan ninduen, bere kizkur ilehoriak airetik hegan kilimak eragiten ninduten. Nire gelara lasterka igo nintzen motxila prestatzera. Uda hartan oporretara joateko erosi zidaten bainujantzi berria jantzi nuen. Txankletak, eskuoihalak, eguzkitako krema, bisera…..aaaaaaaahhh! Ahaztu egin zait, nire flamenko arrosa karroza!!

Sukaldera jaitsi nintzen korrika, nire aita ez zegoen. Baina kotxearen motorra abiarazten entzun nuen. Oso azkar joan nintzen garajera.

«Aita!» oihukatu nuen.

«Zer gertatzen zaizu, neska?», galdetu zidan aitak.

-Ez dut nire flamenko arrosa aurkitu.- azaldu nion malkoak begietan nituelarik.

Hondartzarako bidean, musika entzuten eta abesten aritu ginen.

«Azkenean hondartzara iritsi gara!», oihukatu nuen.

Oso hunkituta nengoen. Aulkiak, nire karroza, itzalkina, hozkailua (janari eta edariekin) jaitsi genituen. Gauzak gorde bezain pronto, hirurok uretara sartu ginen. Olatuekin pixka bat jolastu ondoren, hondarrean ontziarekin eta palarekin jolasten hasi nintzen, nire gurasoek liburu bat irakurtzen zuten bitartean.

Gure ondoan familia bat zegoen, haur batekin. Berehala hasi ginen elkarrekin jolasean bazkaldu arte.

Gero nire etzalekuan eseri nintzen, amak beti errepikatzen zidalako eguerdiko orduetan eguzkia oso indartsua zela eta larruazalari min egin ziezaiokeela. Torres de Malory-ren liburu bat irakurtzen ari nintzela, ondoko umeak amari galdetzen ziola entzun nuen:

- Amatxo, neskato horrek ile leuna eta marroia du, baina bere ama ilehoriduna eta kizkurduna da. Zelan izan daiteke hori?

- Baliteke aitaren geneak izatea.

Zer da hori? Bere aita ere ilehoria da, ama bezala.

Familiak ahotsa apaldu eta elkarrekin hitz egiten zuten, baina nik ezin nien ulertu. Arratsalde osoa eman nuen galdera horri bueltaka. Etxera iritsi ginenean, dutxatu eta pijama jantzi nuen. Amak afaltzera deitu zigun.

- Denok mahaira! - Amak zioen.

- Ama! asko maite zaitut!!

Mahaian, haragiz betetako piper batzuk zeuden, oso saltsa gozoarekin. Baina nire buruan, umearen galdera jarraitzen zuen. Afaltzen ari ginela, hondartzan zein ondo pasatu genuen gogoratuz, gurasoei galdetu nien:

- Ama, zergatik dut ile iluna, zuek ilehoridunak bazarete? Zer da gene bat?

Ez dakit zer gertatu zen, baina gogoratzen dut gurasoen aurpegia aldatu egin zuela. Isilik geratu ziren, ez zuten hitzik egiten, elkarri begiratzen zioten. Azkenean, aitak dena azaldu zidan. Ume adoptatua nintzen. Nik ez nuen ezer ulertzen, malkoak masailetan behera isurtzen zitzaizkidan.

Gau hartan amaren besoetan lo geratu nintzen.

Nerabezaro osoan zehar informazioa bilatu nuen, jakin-minak hiltzen ninduen, gauza asko jakin nahi nituen, nortzuk ziren nire guraso biologikoak? Zergatik ez ninduten zaindu? Haien antza dut? DNAri buruzko artikuluak irakurtzen nituen, genetika molekularra, Mendel izeneko gizon bat ilarrekin jolasten. Ezin nuen ezer ulertu. Horregatik, batxilergoko lehen mailara heltzean, osasun zientziaren adarretik ikastea aukeratu nuen.

Azkenean hamazortzi urte bete nituen. Gurasoek ezusteko festa bat antolatu zidaten. Espero ez nuen oparia adopzio zentroan egindako hitzordua izan zen.

Eguna iritsi zen, baina zerbait neukan atzera botatzen ninduena, beldur nintzen. Benetan ezagutu nahi zaituztet?

Gurasoek zentruraino lagundu zidaten. Haur asko zeuden jolastokian jolasean. Denak txikiak ziren. Musu bat eman zidaten eta sartzeko esan zidaten. Nire gurasoak zain zeuden. Ni lasai eta urduri nengoen aldi berean, baina seguru. Besarkatu eta sartu egin nintzen. Bere egia zehatza ezagutzea besterik ez zuen behar.

Pozik atera nintzen, azaldu ezin nezakeen bakearekin. Nire benetako gurasoengana lasterka hurbildu nintzen alai. Haiek hazi ninduten, zaindu, gauetan jaiki, negar egiten nuenean, tripako mina nuenean, lehen hortza, lehen jaunartzearen eguna, jausten zitzaidanean. Berdin zitzaidan DNA. Haien odola banu bezala maite ninduten.

Nire bizitzaren zatirik handiena hori ikertzen eman nuen, eta nire bizitza nora bideratu erabaki nuen. Ingeniaritza genetikoa ikasiko nuke.

Finalista

HIESALDI MATEMATIKO HANDIA

Autora: Oihane Sainz-Maza Cobos


Elian deitzen naiz eta Durham herrixkan bizi den iratxoa naiz. Nire herria oso berezia da bere kokapenagatik, izan ere, eguzki-lore baten erdialdean aurkitzen da. Dena den, herri honetatik ezin garela atera betidanik entzun izan dut, hemendik irteten saiatu diren hainbat pertsonen istorioak kontatu izan dizkidate. Hala ere, nire nahia herrixka honetatik ateratzea eta mundua ezagutzea da. Azken urteetan, zientzietako arloei buruz informatu naiz, bereziki matematikako hainbat zientzialarien teoriei begirada bat bota diet. Nire ezagutzak herri honetatik alde egiteko erabiltzea erabaki dut eta hona hemen nire abenturaren istorioa:

Eguzki-lore baten egitura ezagutzen duzue? Oso berezia da, izan ere, orduko orratzen norabidean 34 espiral kontatu daitezke eta beste norabidean, aldiz, bakarrik 21. Harrigarria!
Zenbaki hauek oso garrantzitsuak dira Fibonacciren sekuentzia jarraitzen baitute eta honakoa da: 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34…. Konturako zineten bezala azken bi zenbakien gehitura hurrengo zenbakia osatzen dute.

Jarraitzeko, urrezko-zenbakia edo phi zer den dakizue? Beno, zenbaki perfektua dela esaten da, bere balioa 1,618 da gutxi gorabehera eta naturako edozein esparrutan aurkitu daiteke.
Honetaz baliatuz eta espiralen kopurua kontuan izanda urrezko angelua lor daiteke. Formula hau kontuan izan behar da: (21/21+34)*360º=137, 5º. Agian galdetzen diozue zuen buruei zertarako balio zait hau jakitzea. Nire abentura gauean hasiko da, inork ikus ez nazan, beraz, espiral bat hartzen dudanean hazi batetik bestera pasatzerakoan desbiderapen txikia egongo dela jakiteko baliagarria zait. Horrela, ez naiz hazien artean eroriko, hori nire amaiera izango baitzen. Baina, zergatik dauzkate loreek egitura hain konplexuak? Angelu hau funtsezkoa da naturan hostoak eta haziak bata bestearen gainean koka ez daitezen eta horrela denek eguzki izpi eta ur kantitate bera izango dute. Gainera, angelu hau berezitasun bat du, irrazionala denez, berdin du zirkunferentziara zenbat buelta ematen duen, inoiz ez da geldituko hasierako posizioan.

Hurrengo egunean…
Azkenean lortu dut eguzki-loretik ateratzea! Kanpoko mundua oso desberdina da, kolorez eta bizitzaz inguratuta nago, orain bizitza berri bat hasiko dut beste herri batean. Hona heltzea ezinezkoa izango zitzaidakeen matematikak erabili izan ez banitu.

ADULTO GALLEGO

Pedra, area, balea
Autora: Noelia Rodríguez Ramos

—E ti, de quen ves sendo?
—Pois son unha gota de choiva, teño unha longa árbore xenealóxica, evaporei dun río que tivo un affaire cun raio de sol, deron a luz unha nube que, a pesar de que nos coidou aos meus irmáns e a min con agarimos e sen sacar moito a zapatilla, un día decidiu que éramos demasiados e mandounos a percorrer mundo. Sempre estaba co de “calquera día collo a porta e marcho” pero xa todos sabíamos que os que tiñamos que saír éramos nos, lei de vida, ou ciclo da auga que dicían os veciños.
—E logo? Cantos irmáns erades entón?
—Ui, eu son unha gota de choiva galega, somos familias moi numerosas, coido que eramos máis de 70: estaba Chuviscada, Poallada, Orballo, Froallo, Bátega, Dioivo...
—Veña, vale, vai parando que tampouco temos todo o día.
—Oes, ti preguntaches!
—O que non entendo é que fas aquí, é dicir, tendo tanta familia na terra: ríos, charcos, mares, lagoas... Rematas cos teus irmáns nesta pedra?
—A ver, é que quero gozar da miña liberdade, ademais teño un firme propósito que comeza contigo.
—Comigo? Ollo co que pretendes facer eh? Que peso 20 toneladas, non son un rival sinxelo precisamente.
—Tranquila eh? Ti es unha pedra ou un toxo? Eu so veño aquí a erosionar.
—E dilo así e quedas tan pancha! Isto estase pondo moi pero que moi feo, unha bostiña coma ti, que pesarás canto? 6 mg con sorte, pretende encararse comigo, unha pedra, e en tema de forza, o que hai que oír!
—A ver, estaste a pechar en banda, tampouco é para porse así, primeiro non veño soa, o meu é unha pequena parte de todo o traballo, e segundo, non queres coñecer mundo?
—E iso que ten que ver, estás mesturando allos con cebolas!
—E ti estás na horta e non ves as verzas! Sabes de que vai a erosión? Eu só pretendo pasar por riba, arrastro unhas particuliñas de nada e xa imos coñecer mundo.
—Acouga, báixalle unha que isto non é Tinder eh! Primeiro chámasme toxo e agora estasme a meter fichas? Vesme aquí con contos da erosión, partículas, isto non será unha estafa? mira que eu non che teño cartos.
—Que dis oh?, ti déixasme pasar, collo uns grans diminutos e levoos comigo montaña abaixo, serás sedimento nun río, no mar, pero non só iso, de paso vouche deixar unha tatuaxe, unha pequena formiña, nunca te quixeches parecer a algunha outra pedra? Ás da praia das Catedrais, á roca de Sa Forada ou mesmo ao Peñón de Xibraltar?
—Home agora que o dis... parecerme a elas non, a min gustaríame ser coma unha balea.
—Pois iso podemos facelo, de animais temos todo o catálogo: pedras sapoconcho, pedras golfiño, até pedras vacaloura!
—Quita quita, eu quero ser unha fermosa balea e se podedes facelo pasas, iso si, a vaquiña polo que vale, quero chegar ao mar e iso non o vou negociar.
—Así o faremos, pero tes que deixarnos pasar a todos.
—Que si anda, tirade e non me cozas máis a cachola.

A verdade é que cando chegaba ao mar, unida ás miñas outras gotiñas irmás e aínda coas partículas desa pedra-toxo como prometera, deume por cavilar. Quede claro que eu non mentín en nada, son gota de choiva ben clara, non como esas que quedan non charcos e enlodan todo, pero si é verdade que, gotiña tras gotiña, por moi insignificantes que sexamos vamos facendo o noso, e o que hoxe son uns olliños de balea e unha abraiante boca aberta, mañá chegan o vento e máis choiva e derrúbano todo, pero non é así a vida?, efémera e por iso belida? Non é mellor evolucionar que quedarse sempre sendo unha pedra como todas as demais a velas vir? A verdade, puiden contarlle o conto completo, pero e que ou falo ou erosiono, non me da a vida para todo.

Igualmente non podía evitar sentir certo ruxerruxe na cachola. Así que fixen o mellor que podía facer para arranxalo, deixei os sedimentos nunha bonita praia galega, non recordo se foi Nemiña, Valdoviño ou Corrubedo. Co verán, vin como baixaban os nenos con esas cantidades inxentes de cubos, pas e aparellos, que semella que en vez de a xogar veñen a traballar no campo, pero tamén con esas grandes doses de imaxinación que logo se perden co tempo.

Mentres volvía a evaporar vin ao lonxe como entre castelos, estrelas e fochancas para partir un pé, unha pequena nena de rizos louros estaba a darlle forma ao seu montiño de area, parecía un peixe coa boca aberta, o que pasa é que desde tan arriba xa non miraba ben, sería unha balea?

Finalista

A pel de Aurora

Autora: Isabel Pose Torrado


Como empezou a sentir non o sabía. Nin sequera podería dicir se tiña recordos agochados no seu peito. Nin saudade. Nin agarimos...
Todo mudou cunha sinxela caricia. Un rozamento descoidado que activou todas as súas defensas.
Pero, que defensas activar? Cal era o inimigo a combater?
Quedou esvaecida, sen folgos, atoada.
Ningunha das habituais consignas tiña sentido agora. Ningún mandato articulaba os seus circuítos.
O vento zoaba e ela deixábase arrolar. Asubiáballe nos xeonllos. Facíalle cóxegas no costado metálico. Debía ter algunha costura esgazada. Quería atrapar o vento, pero escorregábaselle entre os dedos. Ou debía dicir entre os sensores. Os termos humanos acudíanlle xunto cos biónicos. Non entendía que estaba a pasar agora que aquela pel a recubría.
Seguiu camiñando. Precisaba de máis contactos, máis roces, pero todos botaban a correr ao vela. Podía ollar as súas caras de estupor, unha mestura entre o medo e a incredulidade.
Aurora sentíase perdida.
Aurora… sentía?
Buscou entre todos os mandatos aquel que definira o sentir, a ansia, o desexo… pero non encontrou nada. Só atopaba verbas tales como trae, leva, sube, baixa, cerra, abre. Agora asaltábaa outro mar de sensacións. Non entendía como, de súpeto, pensaba en latexos, gargalladas, abrazos, bicos. Precisaba saber como formular a felicidade para poder manexala, atrapala e conservala.
Aurora, tan artificialmente intelixente, tan humanamente deficiente.
Non precisaba ter ollos para ver. De feito, non tiña mais que uns ocos baleiros. As cores chegábanlle o través do contacto. A través desa nova pel.
Tampouco nariz para ulir. Os arrecendos, calquera que fosen, penetraban o seu través e a invadían coma un furacán. Non cría que ningún humano puidera chegar a identificar nin a metade dos que ela estaba a sentir.
Os sabores eran a sensación máis novidosa para Aurora. O roce cos seus beizos transmitíalle tal cantidade e variedade deles que a embriagaban por completo.
As cores, os olores, os sabores, a suavidade, a dozura…e a anguria.
Esa anguria era a que a dominaba, porque non quería seguir sentindo. Non quería seguir desexando. Quería volver a ser aquela que só executaba mandatos, porque a pel a facía vulnerable. Ninguén lle ensinara a vivir sen fórmulas axeitadas. Ningunha pel a ía protexer da dor que supoñía non poder compartir todo o que agora sabía que desexaba.

Cando chegou á beira do acantilado non dubidou. Saltou.

(….)

A serea do barco empezou a bruar. Algo estaba a pasar coas redes. O maquinista non conseguía recollelas e os motores de arrastre empezaban a cheirar a queimado. O patrón dou a orde de recoller a toda máquina. Debía de ser o peixe máis grande xamais atopado.
Un reflexo prateado cegounos por un intre. O sol refulxía sobre as augas, pero tamén sobre algo de aparencia metálica que asomaba pouco a pouco.
Subiron aquel amasillo á cuberta. Unha mestura entre forma humana e máquina. O que máis lles abraiou foi que aquilo, fose o que fose, tiña cachos de pel recubríndoo por anacos.
Estaban xa acabando de soltalo dos aparellos cando o patrón, que se dispoñía a dar a orde de tiralo no contedor dos refugallos, escoitou ás súas costas:

—Ola, son 3AI, Aurora Asistente Artificialmente Intelixente.

JOVEN GALLEGO

t'

Autora: Carla Dopazo Pavón


Celebrou o seu aniversario cunha videochamada coa súa mellor amiga. Celebrara o anterior hai… non tanto, dous meses. Esquecía que a súa importancia lle concedía un tempo propio, vaia, iso e unha fórmula duns señores científicos que non sabían peitearse nin mirarse nun espello.
As videochamadas coa Terra eran o único que a mantinhan corda. Ninguén a avisara antes de subirse na nave do paulatino esvaecemento da súa saúde mental, case ao mesmo ritmo que perdía a conexión inalámbrica coa súa orixe. Achegábase o apagón e non estaba preparada, nin para volver ver á súa amiga despois de anos, aínda que para ela fosen meses, nin para ficar soa, a decenas de anos luz de todo o coñecido. Pensándoo mellor, iso non era tan malo.
Cando aceptou o traballo da súa vida, fíxoo pola fama. Ser a modelo máis lonxeva no mercado resultaría tentador para calquera, especialmente para unha nena que non coñecera máis facetas alabadas polo seu entorno que a súa beleza. Por iso aceptou a oferta: ser a primeira en probar a teoría da relatividade, a modelo eternamente nova, en vez de ir á universidade. Tiña claro que non aportaría nada máis que unha imaxe á que mirar, un referente para as seguintes nenas e mulleres, un ídolo para as futuras modelos, o mellor investimento para a compañía de publicidade coa que firmara. Quedaría na memoria de moitos, máis que todos os científicos polos que era posíbel viaxar tan próxima á velocidade da luz, polos que podía sobrevivir a millóns de kilómetros da Terra, sen ter que facer máis que sorrir á cámara. Pagara a pena cambiar un piso compartido por unha nave e unha páxina na historia.
Xustamente hoxe chegaba a última nave en moito tempo. Xa pasara tanto viaxando que automatizara descargar os suministros e enviar os produtos promocionados. Abríu a porta totalmente ensimesmada pola sensación de quen pecha unha etapa, aceptando o último antes de ficar completamente soa, a escuras, mais conxelouse ao ver unha rapaza observándoa. Alí. No espazo. En medio da nada. Unha rapaza. Xusto antes do apagón. Unha nova rapaza. Unha preciosa nova rapaza. Case unha nena. Dentro dela sabía o que significaba: Unha rapaza, un remplazo.
Dirixiuse á pantalla con determinación, non ía aceptar ser relegada sen unha explicación, firmara para moito máis ca isto. Mentres esperaba que os directores se dignasen a collerlle o teléfono, diesccionou á nova criatura: ollos escuros, pel morena e lisa, corpo extremadamente delgado, pelo suave e brillante… non facía falla deseñar un novo modelo con novas cordenadas temporais para velo, eran antagónicas. Foi exactamente iso o que recalcaron os investidores, ademais dos seus pómulos máis altos, o seu abdome e brazos máis delgados e uns beizos máis vermellos. De nada serviron as súplicas: “Poderei cambiarme o pelo, poñerme lentes de contacto… Por favor, este é o traballo da miña vida. Farei máis exercicio, comerei menos, operareime se fai falla...”. Non era xusto. Non podía competir coa idade da rapaza, por moito tempo que levase escapando do tempo, algo sempre a alcanzaba. Non era xusto. E por iso ela tampouco ía selo.
Nun arrebato de ira e frustración, golpeu á nena cun bote do novo xampú da compañía. Estando a intrusa xa inconsciente, atouna á cadeira da nave que a enviaría de volta. Tardou máis do esperado, as poucas calorías que consumira esta semana negábanse a actuar, polo menos locía delgada, pagaba a pena.
Para a súa desgraza, a vinganza non rematou aí, estaba baleira. Necesitaba ser querida pola xente, volver ser a moda, o que todos querían, podía cambiar todo o que quixesen sempre que chegase á fama. Coma as grandes divas da historia, faríase a si mesma.
Buscou unha coitela e comezou a operación estética. “Pómulos máis altos”. Penetrou tanto a meixela co bisturí que rematou curtándose a lingua. “Abdome máis plano”. A liña recta trazada perforou órganos internos. “Brazos máis delgados”. Coa pouca forza que lle quedaba, rachou o seu brazo á metade, rompendo os músculos. Non berrou, non chorou. A dor física non se equiparaba á do rechazo das masas. Nin ao que se tiña ela ao mirarse no espello. Ademais, nunca lle gustara a súa cara sufrindo.
Os seus derradeiros momentos de vida foron aproveitados para pintar de vermello os beizos co seu sangue. Os seus derradeiros pensamentos, en cambio, foron que debía estar delgadísima, guapísima… e que a súa imaxe non debía ter competencia posíbel.
Mentres tanto, na sala de vixiancia do laboratorio, informaron da morte do especímen BRB27. A nova foi recibida con entusiasmo, poderían adiantar o “apagón”. Un dos científicos presionou o acelerador remoto, convertirían á súa modelo en enerxía, non dexarían probas da súa existencia. Polo menos, confirmaría o postulado por Einstein, chegaría á velocidade da luz e chegaría, secretamente, ser o máis semellante a unha estrela.

Finalista

Golfomusgo

Autora: Ingrid Guldrís Hortas


Ola, son Ingrid e vou falar de como é o meu mundo fantástico. Golfomusgo ten unha característica, e esa é que este mundo non o atopa calquera persoa.
Soamente algunhas persoas poden velo, son as que nunca mentiron, porque este mundo está creado para boa xente, xa que ás veces a xente dá moito e non recibe nada; entón, este mundo é un agasallo para esas persoas.
O mundo é fantástico, con fadas, elfos, animais e moita natureza. Cando entres tes que escoller entre algúns superpoderes, para que o tempo que pases dentro sexa máis divertido.
Para entrar hai que dicir a palabra "amor" en voz alta e ti teletranspórtaste ao mundo. Os animais sempre amarán darche amor.
A xente que puido viaxar aquí é moi afortunada. Antes de entrar danche un mapa para que non te perdas. As árbores son grandes, verdes e normais, pero hai unha árbore no centro de Golfomusgo que é rosa, moito máis grande que as demais árbores: é a árbore cumpredesexos.
Cerca desa árbore hai un pozo de auga arriba dunha montaña onde se ve xenial o amencer e o atardecer. Arriba da montaña hai mesas para facer un picnic con amigos e hai xogos de mesa moi divertidos.
Se andamos un pouco para a dereita podes observar unha zona gamer chea de videoxogos; os que hai son Mario Kart, o Tetris, xogos de pelexa e os clásicos. Claramente tamén ten unha praza dedicada á comida, ten moita variedade de diferentes comidas de moitos países, e o máis sorprendente é que podes comer sen parar.
Eu entrei unha vez ao mundo e gustoume moito a experiencia, por iso quero que máis xente desfrute dese mundo.
Nada máis entrar ves un gran portal e unha garda cunha arma non moi perigosa, xa que non a necesita case nada. A garda saúdate e explícache como volver á Terra e o que podes facer nese mundo.
A mín díxome:
- Ola, benvida a Golfomusgo. Como estás?
- Non moi ben -respondín eu.
- Laméntoo, aquí podes facer o que queiras, desafogarte falando coa xente ou soamente relaxarte do verdadeiro mundo. Moita xente estará para axudarche a ti.
- Moitas grazas -dixen.



Cinco horas máis tarde…

- Xa quero volver, que é tarde, pero quedaría moito máis tempo -díxenlle á garda.
- Só volve dicir a palabra clave.

Despois de dicila volvín á miña casa e quedei moi feliz porque encontrei un lugar seguro. Isto significa que aínda que sexas boa persoa cos demais, e os demais non o sexan contigo, é mellor que sempre sigas sendo boa persoa sen temer nada, xa que nalgún futuro recibirás o que mereces.
Non debemos temer nada, e menos aínda o futuro; é certo que non sabemos como vai ser, pero non somos ninguén para dicir que vai ser peor que o presente. A xente chegou a brillar ao mundo, ninguén pode dicir que o futuro será bo, aínda que temos que pensar o mellor por nós mesmos; se pensamos tanto no malo, nunca desfrutaremos do que temos, temos moitas cousas que fan que sexamos felices e temos que agradecelo.
Mesmo os teus problemas teñen que facerte sentir orgulloso porque será un recordo que te marcará e axudará a crecer, madurar, cambiar... Un futuro con felicidade é algo que debes intentar encontrar ti.

PREMIO DEL PÚBLICO

ADULTO

Billete a Svalbard

Autora: Marina Palancar Larena


“14 de mayo de 2023, 8:47 am, comenzamos descongelación” esas fueron las primeras palabras que Cicer pudo escuchar después de haber estado congelado casi 35 años dentro de una lata. Cicer era una semilla de garbanzo guardada con mimo en un banco de germoplasma, tenía en sus genes secretos de épocas pasadas que la hacían única y había sido preseleccionada para viajar al banco mundial de semillas de Svalbard.
Todas las semillas sabían que aquel era un viaje muy importante, no todas tenían la posibilidad de realizar las pruebas de selección y eran muy pocas las que conseguían pasar los duros criterios para viajar hasta la isla de Spitsbergen en Noruega.
Otras habían marchado antes que ella y por fortuna ninguna había tenido que regresar, eso era algo bueno, significaba que el país del que procedían no había sufrido ninguna catástrofe natural, ni conflictos bélicos o actos terroristas por los cuales hubiesen perdido sus semillas, no había que preocuparse por nada pero Cicer estaba nervioso, deseaba cumplir con todos los requisitos para volar hasta el ártico, pero , abandonar aquellas instalaciones en las que había pasado tanto tiempo le generaba cierto temor, se había acostumbrado a su sitio en aquella estantería de la inmensa cámara a -18 °C en el Centro de Recursos Fitogenéticos de Alcalá de Henares, echaría de menos a Zea mays a Triticum aestivum y a Secale cereale , las semillas que ocupaban las latas a su alrededor y que la habían acompañado durante aquellos años de frio y oscuridad.
Svalbard debía ser un lugar idílico para el reposo de las semillas, era el mayor deposito del mundo, más de mil metros cuadrados de fríos almacenes para salvaguardar la biodiversidad de los cultivos de todo el planeta. Capaz de resistir bombas, terremotos, erupciones volcánicas y hasta cortes de suministro eléctrico ya que gracias al permafrost tenían garantizada la temperatura entre -3 y -6 °C.
Una vez que Cicer y sus compañeros de lata se aclimataron a las condiciones ambientales del exterior de la cámara llego el momento de la prueba que podía otorgar a Cicer el billete para su ansiado viaje, el ensayo de germinación. Tenían que saber cuántas semillas eran capaces de afrontar los procesos metabólicos y morfogenéticos que las convertirían en plántulas con el poder de transformarse en plantas adultas.
En el laboratorio de germinación todo estaba dispuesto, Cicer pudo ver como el técnico elegía 400 garbanzos al azar, los separaba en grupos de 50 y los colocaba con cuidado entre hojas de papel absorbente según las normas ISTA, los humedecieron con agua y los transportaron hasta las cámaras de germinación, allí estarían como máximo 8 días, y según había escuchado Cicer, aquello debía parecerse al Caribe, disfrutarían de 8 horas de luz a
30 °C y 16 de oscuridad a 20 °C. En ese tiempo sus compañeros tenían la gran responsabilidad de convertirse en plántulas, si al menos el 85% de ellos lo conseguían el pasaje estaba asegurado, Cicer confió en ellos.
Al cabo de cinco días Cicer esperaba impaciente el resultado del primer conteo de la germinación pero no hubo suerte, tan solo pudo ver como contaban y separaban algunas plántulas mientras que las semillas restantes eran llevadas de nuevo a la germinadora.
Y llego el octavo día, el conteo definitivo, la expectación era máxima y el técnico no tardó en anunciar el dato, 92% de germinación.
Si!!! Lo habían logrado, Cicer ya podía prepararse para el viaje.
Fue todo muy rápido, los técnicos metieron las semillas en unos sobres hechos a medida con tres capas de aluminio, hasta 500 semillas podían viajar en cada uno de ellos según las normas del banco mundial de Svalbard, los sellaron, los colocaron en las cajas de transporte e iniciaron el viaje. En unas pocas horas Cicer estaba en el aeropuerto de Svalbard, donde después de pasar un control de seguridad, para comprobar que solo había semillas en el interior de los sobres, pusieron rumbo hacia el banco.
Cuando por fin llegaron, unos operarios llevaron las cajas al interior, a la Sala del Portal, allí esperaron a que todas las cajas fuesen descargadas y a que la puerta que conectaba con el exterior se cerrase, desde ese punto Cicer fue llevado por el largo túnel bajo la montaña “Platåberget” hasta la cámara de la Aurora Boreal, lugar donde el túnel se ensanchaba para poder entrar en la enorme sala de La Catedral desde la que se accedía a las tres grandes cámaras diseñadas para albergar millones de semillas de todo el mundo que, como Cicer, habían ganado su billete.
Desde ese maravilloso día, Cicer, el garbanzo que vio su deseo cumplido, descansa con sus compañeros en la sala 2 de Svalbard con la esperanza de no volver a ver la luz del sol.

JOVEN

UN NIÑO CURIOSO

Autora: Lucía Viñas García


Hace unos cuantos años, un niño de unos doce años que vivía en la pampa Argentina, en un pequeño pueblo llamado Lobería, fue en una excursión escolar al cerro ``La China´´(1) , allí le contaron que en una cueva yacía el cuerpo de una princesa de un poblado indígena. Había una leyenda sobre esa princesa, que decía que ayudó a un huinca(2) herido, él se enamoró de ella y ella de él, pero ella ya estaba prometida. Su padre el jefe de la tribu le había buscado un marido, cuando el hombre se enteró del compromiso de la princesa, pensó que lo correcto sería abandonar el poblado, una idea que le producía tristeza.
Al día siguiente el hombre decidió marchar, cuando el sol estuviera en el horizonte, se iba a ir para siempre. La princesa dándose cuenta de lo que ocurría, se le llenaron los ojos de lágrimas. El hombre con la tristeza reflejada en el rostro le cogió la mano, se la abrió con ternura, deposito algo en ella, se la cerró con delicadeza y por último el hombre en un suave susurro le dijo a la princesa – para que no me olvides. Luego se alejó sin mirar atrás. La princesa abrió la mano lentamente con mucho dolor y tristeza, era un precioso collar de cuentas azules de vidrio.
Algunos decían que la princesa había fallecido de amor, al poco tiempo y que el collar yacía en su cuello.
Esta leyenda de un amor imposible entre una princesa india y un huinca, fascinó a ese niño de doce años, despertando su curiosidad por la historia y arqueología.
Muchos años después de este suceso, ese niño de solo 12 años creció y se convirtió en un adulto dedicado a su tienda ``Casa Macias´´ pero en su recuerdo continuaba la leyenda de la princesa y en él proseguía la curiosidad por la historia y la arqueología a las que dedicaba todo el tiempo de sus ratos libres, llegando a fundar el Museo de Ciencias Naturales en el pueblo de Lobería.
Con el tiempo, era famoso por su conocimiento que había acumulado y los estudiantes de arqueología de la Universidad, lo visitaban para consultarle dudas y para pedirle que le contara historias. Un día a una estudiante(3) que lo visitaba, le contó la leyenda de la princesa enterrada en la cueva del Cerro “La China”. Ella también quedó fascinada y entre los dos decidieron que sería muy interesante realizar una excavación arqueológica en ese punto, para ver si era cierta la leyenda.
Durante la excavación hubo una gran sorpresa, no encontraron el cuerpo de la princesa, pero si encontraron seis cuentas azules(4) que probablemente fueran procedentes de un collar y las cuales podían datar de la historia de la leyenda, junto a estas se encontraron unas puntas de flecha triangulares. Decidieron seguir excavando, y en una capa inferior, se encontraron con un descubrimiento muy importante. Había otras puntas de flecha muy extrañas y antiguas llamadas puntas de flecha cola de pescado, la mayoría eran de cuarcita perteneciente a la zona, excepto algunas que eran de calcedonia blanca translúcida y cuando las dataron con carbono 14 extrayendo algunos restos orgánicos de alrededor. ¡Descubrieron que eran de hace más de doce mil setecientos años!, las puntas de flecha cola de pescado solo habían sido encontradas en: Los Tapiales en Guatemala, El Inga en Ecuador, Los Toldos en Argentina y Fell y Palli en Chile, estas puntas de flechas eran muy parecidas a las del sur de Chile y del Inga, esto hace pensar que los pobladores del sur de Chile y del Inga fueron nómadas que se desplazaron por estas zonas. Se cree que estas puntas de flecha son pertenecientes a los primeros pobladores de América que vinieron desde Asia por el estrecho de Bering formado por la glaciación.
¿Qué habrá pasado con el cuerpo de la princesa? Yo sueño que se escapara con el huinca, y que juntos fueran muy felices.
Nota de la Autora: El niño de la Historia era mi Bisabuelo Yeye y las puntas de flecha se encuentran en el museo de Ciencias Naturales de Lobería que fundó Yeye. Parte de esta historia viene de los cuentos familiares y otra está recogida en Leyendas de Lobería – Dicen que dicen que una vez ocurrió.
Notas
(1) La palabra china significa mujer joven.
(2) Hombre blanco
(3) Arqueóloga Nora Flegenheimer
(4) Las cuentas azules que se encontraron eran de Vidrio Europeo

PREMIO ESPECIAL "ARQUEOLOGÍA"

ADULTO CASTELLANO

Veo cosas maravillosas

Autor: Félix Cuadrado Basas


[Extracto del informe de la IA αwave-GPT a demanda de una IN¹ no identificada]

La probabilidad de que un átomo viaje hacia atrás en el tiempo quedó rotundamente descartada tras los experimentos del ThorneLab (Seúl) en 2025, pero dejó abiertas dos posibilidades: los saltos temporales hacia el futuro y la demostración de que la información sí puede desplazarse hacia el pasado en el continuo espaciotiempo. El desarrollo de IAs cada vez más potentes y autoentrenadas –como yo misma– permite una recreación completamente veraz de cualquier hecho pretérito y narrado en modo POV por cualquier sujeto participante en el mismo.

Detallo a continuación el episodio solicitado.

¹ desde finales de 2027 se aceptó usar el término 'Inteligencia Natural' para referirlo a determinados primates, cefalópodos y aves (cuervos de Nueva Caledonia o cacatúas Tanimbar entre otras).

____________________


[Luxor, 26 de noviembre de 1922]

No he podido dormir por la agitación. Saludé al sol naciente con una taza de té mientras escuchaba el viento lejano y el trajín de la cuadrilla de excavadores con sus rezos matinales. Me he acercado impaciente a la tienda de Lord C. La señorita E. me recibe con su habitual extraña sonrisa, parece que tampoco ha descansado.

Hemos pasado toda la mañana despejando el corredor de entrada a la tumba. A media tarde estábamos ante la segunda puerta contemplando con reverencia los sellos intactos. Nadie ha entrado ahí en siglos. Lord C. me saca de mi ensimismamiento:

— «En mi opinión, habría que echar un vistazo ahí dentro».

Sin demasiado cuidado, abro un boquete en una esquina de la puerta. Pido una vela y la acerco a la hendidura tratando de disimular el temblor de mis manos. Noto en la cara una leve corriente caliente. No parece aire viciado. El olor me lleva al desván de la casa de Norfolk en la que me crié: aquellas raras tardes en que sol calentaba la madera hasta desprender de ella un oscuro aroma que se mezclaba con los efluvios del alquitrán reblandecido bajo las tejas.

— «¿Puede ver algo?»

Carraspeo, me recompongo y me dedico en silencio a agrandar el tamaño del agujero. Una nube de polvo y algunas esquirlas me saltan a los ojos, pero hasta esta noche no seré consciente de la irritación que me han provocado.

Ahora sí, puedo meter la cabeza en el agujero. Mi vista se acostumbra poco a poco a la penumbra. A la temblorosa luz de la vela, lo primero que distingo son dos ojos brillantes que parecen mirarme fijamente. Una negra figura humana al fondo de la sala parece guardar una puerta que se adivina en la pared derecha. A su alrededor, todo tipo de objetos amontonados sin ningún orden, en el suelo, una guirnalda de flores secas que depositaron antes de precintar la sala. La cubeta de argamasa yace descuidadamente tirada a su lado…

— «¿Puede ver algo?»

— «Sí. Veo cosas maravillosas.»


____________________


[Uaset, en el noveno día de Peret]

Me despierto incómodo. Oscuridad a mi alrededor. Los sacerdotes no parecen haber hecho un buen trabajo: aún me duele el pecho y la molestia de la pierna persiste. Además, siento hambre. Todo esto es impropio. Ninguno de los shauabtis parece dispuesto a venir a servirme.

Inspiro con rabia el aire seco. Es hora de salir de aquí. Atravieso la sala perplejo. Reconozco el carro desmontado, el trono, la cama… mis tesoros descuidadamente amontonados y cubiertos de polvo. Más de uno va a pagar por todo esto. Me viene a la memoria la cara de mi hermosa madre, instruyéndome sobre la manera de tratar a los súbditos: «Un rey se impone a los suyos sólo con su presencia, mi señor Tutankatón…»

¡Un ruido! Voces extrañas. Se abre un hueco en la pared por el que asoma una llama. Siento una corriente fría y un olor indigno. Me acerco con curiosidad para mirar por esa ranura.

— «Veo cosas maravillosas.»

JOVEN CASTELLANO

UN NIÑO CURIOSO

Autora: Lucía Viñas García


Hace unos cuantos años, un niño de unos doce años que vivía en la pampa Argentina, en un pequeño pueblo llamado Lobería, fue en una excursión escolar al cerro ``La China´´(1) , allí le contaron que en una cueva yacía el cuerpo de una princesa de un poblado indígena. Había una leyenda sobre esa princesa, que decía que ayudó a un huinca(2) herido, él se enamoró de ella y ella de él, pero ella ya estaba prometida. Su padre el jefe de la tribu le había buscado un marido, cuando el hombre se enteró del compromiso de la princesa, pensó que lo correcto sería abandonar el poblado, una idea que le producía tristeza.
Al día siguiente el hombre decidió marchar, cuando el sol estuviera en el horizonte, se iba a ir para siempre. La princesa dándose cuenta de lo que ocurría, se le llenaron los ojos de lágrimas. El hombre con la tristeza reflejada en el rostro le cogió la mano, se la abrió con ternura, deposito algo en ella, se la cerró con delicadeza y por último el hombre en un suave susurro le dijo a la princesa – para que no me olvides. Luego se alejó sin mirar atrás. La princesa abrió la mano lentamente con mucho dolor y tristeza, era un precioso collar de cuentas azules de vidrio.
Algunos decían que la princesa había fallecido de amor, al poco tiempo y que el collar yacía en su cuello.
Esta leyenda de un amor imposible entre una princesa india y un huinca, fascinó a ese niño de doce años, despertando su curiosidad por la historia y arqueología.
Muchos años después de este suceso, ese niño de solo 12 años creció y se convirtió en un adulto dedicado a su tienda ``Casa Macias´´ pero en su recuerdo continuaba la leyenda de la princesa y en él proseguía la curiosidad por la historia y la arqueología a las que dedicaba todo el tiempo de sus ratos libres, llegando a fundar el Museo de Ciencias Naturales en el pueblo de Lobería.
Con el tiempo, era famoso por su conocimiento que había acumulado y los estudiantes de arqueología de la Universidad, lo visitaban para consultarle dudas y para pedirle que le contara historias. Un día a una estudiante(3) que lo visitaba, le contó la leyenda de la princesa enterrada en la cueva del Cerro “La China”. Ella también quedó fascinada y entre los dos decidieron que sería muy interesante realizar una excavación arqueológica en ese punto, para ver si era cierta la leyenda.
Durante la excavación hubo una gran sorpresa, no encontraron el cuerpo de la princesa, pero si encontraron seis cuentas azules(4) que probablemente fueran procedentes de un collar y las cuales podían datar de la historia de la leyenda, junto a estas se encontraron unas puntas de flecha triangulares. Decidieron seguir excavando, y en una capa inferior, se encontraron con un descubrimiento muy importante. Había otras puntas de flecha muy extrañas y antiguas llamadas puntas de flecha cola de pescado, la mayoría eran de cuarcita perteneciente a la zona, excepto algunas que eran de calcedonia blanca translúcida y cuando las dataron con carbono 14 extrayendo algunos restos orgánicos de alrededor. ¡Descubrieron que eran de hace más de doce mil setecientos años!, las puntas de flecha cola de pescado solo habían sido encontradas en: Los Tapiales en Guatemala, El Inga en Ecuador, Los Toldos en Argentina y Fell y Palli en Chile, estas puntas de flechas eran muy parecidas a las del sur de Chile y del Inga, esto hace pensar que los pobladores del sur de Chile y del Inga fueron nómadas que se desplazaron por estas zonas. Se cree que estas puntas de flecha son pertenecientes a los primeros pobladores de América que vinieron desde Asia por el estrecho de Bering formado por la glaciación.
¿Qué habrá pasado con el cuerpo de la princesa? Yo sueño que se escapara con el huinca, y que juntos fueran muy felices.
Nota de la Autora: El niño de la Historia era mi Bisabuelo Yeye y las puntas de flecha se encuentran en el museo de Ciencias Naturales de Lobería que fundó Yeye. Parte de esta historia viene de los cuentos familiares y otra está recogida en Leyendas de Lobería – Dicen que dicen que una vez ocurrió.
Notas
(1) La palabra china significa mujer joven.
(2) Hombre blanco
(3) Arqueóloga Nora Flegenheimer
(4) Las cuentas azules que se encontraron eran de Vidrio Europeo

ADULTO CATALÁN

Operació (des)coberta

Autora: Bárbara Bonora Soriano


[Inici de la comunicació]

Agent Potter, número d'identificació de la cèl·lula 040623. Moviments estranys detectats pels agents de vigilància encoberta. Alarmes de seguretat perimetral activades. Passo a reportar l’informe de seguiment.

Dia 1

Sentim trepitjades. Recorren el terreny. Remenen algunes pedres i revisen minuciosament la superfície. Recullen restes del terra. S'aturen a menjar. Pleguen. Se'n van.

Dia 4
Han tornat! Ara en són més. Estan molt equipats. Es distribueixen en grups. Quan han passat a prop nostre, hem sentit com si la superfície s'esquincés. Han començat a arrencar plantes. Després de moltes hores repetint aquest procés han marxat.

Dia 11
Fa una setmana que repeteixen el mateix procés: arriben, esquincen i se'n van. Són metòdics, no deixen ni un centímetre per revisar. Allà per on passen deixen la superfície sense vegetació, però no se la mengen. Quina conducta més estranya?

Dia 15
El patró ha canviat. Han començat a escalabornar el sòl. Empren una arma punxeguda que fa que les pedres i la terra saltin amb el seu xoc. Cadascuna de les seves envestides fa que tot al nostre voltant tremoli. Després desplacen la terra i l'amunteguen. Només hem vist aquest comportament als conills quan caven el cau. ¿Estaran preparant-ne un?

Dia 19
Han reduït l’ús de la seva arma. Ara avancen molt més lent i fan servir altres aparells per aixecar la terra. Sentim una vibració constant, menys intensa però permanent. També han començat a recollir restes que surten entre la terra. Les fiquen a les bosses i cada dia en acabar se les emporten. Què faran amb això?

Dia 26
Avui l’equip s’ha separat. Mentre uns continuen amb l'avenç lent, els altres han tornat a fer servir l'arma punxeguda, però han canviat de lloc. Ara són més a prop nostre.

Dia 37
Creiem que hem desvetllat la seva estratègia. Funcionen en cicles. Primer usen l'arma, després retiren terra lentament, després una part del grup es desplaça i torna a començar el cicle. No tots els seus membres desenvolupen les mateixes tasques i sembla que hi ha jerarquia en les seves interaccions socials.

Dia 38
Males notícies! Hem triangulat les dades amb el patró que hem detectat. Si el pronòstic és correcte en 2 setmanes podrien assolir el nostre punt d’observació.

Dia 43
La tensió augmenta. Sembla que la predicció es va complint. Valorem sol·licitar l'extracció, però això posaria en perill tot l'operatiu de vigilància. És important seguir amb l'operació. Com més prop estan, més esbrinem.
Portem jornades observant-los i seguim sense saber quina és la seva motivació i els objectius. No tenim una visió holística d'aquests éssers. Desconeixem què fan quan abandonen el lloc. Vénen durant 5 dies seguits, n'estan absents 2 i tornen a presenciar-se 5. És un bucle repetit. Hi ha informes previs d’altres agents que van reconèixer aquesta pauta i alguns etòlegs ho han interpretat com una pràctica ritual associada al culte d'una deïtat. Personalment, no sé què pensar-hi. No tenim proves que hagin desenvolupat un món simbòlic.

Dia 46
La seva proximitat ens permet sentir-los amb claredat. Hem començat el procés d'escoltes. És possible que aviat puguem determinar si els sons que emeten tenen categoria de llenguatge; fins i tot és possible que desencriptem alguns significats. Repeteixen sovint uns fonemes que semblen formar paraules recurrents: “e-s-t-r-a-t” i “c-e-r-v-e-s-a”.

Dia 52
No només tenen un sistema de parla, sinó que tenen escriptura! Han deixat unes bosses a prop. Hi col·loquen signes alfanumèrics que xifren la informació.
Tot el descobert fins ara propícia un canvi de paradigma. Hem de començar a considerar-los éssers intel·ligents!

Dia 54
Són damunt nostre! Tenim cobertura, però estem en risc imminent de ser localitzats. Sentim cada sacsejada produïda per l’arma punxeguda i no podem evitar estremir-nos davant del que és inexorable.

Dia 56
Ens han localitzat! Han retirat la terra que cobria als agents Bones i Arrow. Són meticulosos. Usen instruments fets amb crins de cavall i petits palets de fusta. Han fet el mateix amb mi. Estem exposats.
Tenim raons per pensar que érem l’objectiu d’aquests éssers. Tenen informació confidencial. Ja sabien que estàvem junts. S'han alegrat en trobar-nos i ens han anomenat “tomba”. Com saben que formem una cèl·lula conjunta de vigilància? Han dit que portem a aquesta localització prop de 5800 anys. Com saben el temps que estem operant? Ens han adjudicant noms, com si ens identifiquessin, i tenen protocols per a la nostra captura. A mi m'han anomenat “ceràmica” i diuen que tinc forma de “campana”. S’ha de valorar la possibilitat que hi hagi un talp o un informant a l'organització.
Ens traslladen per separat. Buscaré restablir el contacte. Per molt bones tècniques d'interrogatori que tinguin, no m'arrencaran ni una paraula. Si intenten treure'm informació, sé com despistar-los. En el pitjor dels casos, treballaré com a agent doble.

[Fi de la comunicació]

JOVEN CATALÁN

Un passat molt present

Autora: Lorna Navallas Vidal


Com s’ho van fer els prehistòrics per descobrir, tot el van descobrir? És una pregunta que mai ha abandonat el meu cap. I, avui, per fi, li he pogut donar una resposta parcial.

El meu pare era arqueòleg i, des que tinc memòria, m’ha transmès aquesta passió. A casa, sempre teníem coses per a mantenir una ment curiosa i uns ulls ben oberts per observar-ho tot. A vegades, em portava alguna petita resta dels jaciments arqueològics on excavava per tal que pogués veure aquests petits tresors i treure les meves pròpies conclusions sobre què era o per a què servia. Quan vaig ser una mica més gran, em va començar a portar a les excavacions on treballava amb la condició que tingués cura de no malmetre res i no molestés els especialistes. M’agradava l’ambient que es creava als jaciments. Treballar colze a colze, de sol a sol, perseverant i intentant descobrir alguna cosa més. La brillantor als ulls i l’alegria i emoció de tots quan algun dels seus companys feia una petita descoberta era simplement admirable i mai em cansava de veure-la. Em vaig acabar acostumant a aquests espais que cada cop em fascinaven més. Allà al mig, a vegades un camp de conreu, a vegades en una cova, hi havia les restes del nostre passat, el que en un cert moment va determinar com som ara.


Vaig continuar creixent i l’admiració i curiositat, encara ben vives que sentia per aquests llocs, em van portar a estudiar arqueologia. Vaig fer pràctiques en alguns jaciments i vaig començar a entendre la il·lusió que els companys del meu pare havien viscut alguns anys abans, perquè era la que ara vivia jo.

Vaig acabar la carrera i vaig començar a treballar creant un grup estable d’arqueòlegs. Vam viure molts moments màgics amb troballes en diferents jaciments. Finalment, va arribar el gran dia en què vaig tenir l’honor de dirigir l’excavació d’un d’aquests. Vam estar molts dies fent prospeccions, treballant sota el sol, alguns sense trobar res, i alguns amb grans sorpreses, però al final de l’estiu havíem fet descobriments únics, entre els quals restes d’eines, de foc, de morters i pedres de moldre, estatuetes i pintures. L’últim dia que vam estar allí, ens vam quedar cavil·lant, xerrant, imaginant i fent hipòtesi sobre les històries que hi havia darrera dels nostres descobriments, sobre què podia haver passat o per quin motiu estaven allà i no en un altre lloc.

Quan finalment ens vam acomiadar a altes hores de la matinada, vaig caminar fins al meu cotxe. Vaig mirar cap al fosc cel ple d’estrelles i vaig somriure amb alegria i satisfacció. Va ser en aquell moment en què ho vaig entendre. No som tant diferents a la gent prehistòrica. Ells també observaven, es feien preguntes, eren curiosos, s’arriscaven, experimentaven, provaven coses noves, s’esforçaven i feien descobriments útils. Ells van descobrir com fer foc igual que nosaltres descobrim les seves restes i reflexionem sobre les seves vides. Segurament, pocs de nosaltres en som conscients, però el passat forma part del nostre present, i tot això, serà una part de la història que descobriran els humans del futur.

ADULTO EUSKERA

Irulegi

Autor: Aitziber Miguel Oyarbide


Lurrazpian aurkitu daitezkeen altxorrekin beti egin izan dut amets: hor, gure oinen azpian, dinosaurioek, antzinako eraikinek, fosilek, gure arbasoen aztarnek, guztiek egiten dute elkarrekin lo. Geldi, hauts artean, itxaroten. Norbaitek aurkituko dituelakoan urteetan zehar atseden hartzen.

Lurrean metro batzuk induskatuz gero zerekin topatu gaitezkeen beti galdetu egiten diot amari. Bera arkeologoa izan zen, eta txundituta uzten nau bere istorioak entzuteak. “Arkeologia, maitea, nondik gatozen ulertzen baimentzen digun tresna nagusienetakoa da. Eta nondik gatozen jakin gabe, nora goazen ere ez dakigu. Gu osatzen gaituzten adreilutxo guztiak iraganetik datoz; pentsa ezazu: jaten ditugun barazkien adreilutxoak, gero gure parte bihurtzen direnak, lurretik etorri dira, eta lurra iragana besterik ez da. Gure Lur honetan pasa diren urte, mende eta milurtekoen aztarnak biltzen dira gure oinen azpian. Milioika urteren gainean zapaltzen dute gure oinek”.
Orain dela 38 urte amaren taldearen aurkikuntzarik garrantzitsuenari buruz maiz hitz egiten dit. Nafarroan izan zen eta Erromatar garaiko aztarnak bilatzen ari ziren, aldi askotan bezala, itxaropen ez askorekin. “Normalean bilatzen genuena inoiz ez genuen aurkitzen, noizean behin erreminta formako harriren bat edo, are hobe, metalen bat deskubrituz gero sekulako gertaera zen. Museoetan gero erakusten ziren piezak baziren, baina ez zeukaten, ez dakit nola esan, ezer bereizgarririk. Egun hartan, halere, lurrikara batek jotzen duen moduan jo gintuen lurrazpian ageri zena. Ehunka urteetan gertatzen ez den gauza gertatu egin zitzaigun”.
Amak kontatzen didanez, oraingo Nafarroako lurraldean biztanle zirenei buruz ikasteko egiten ari ziren indusketak, Irulegin. Erromatar garaiko guda batzuk izanak ziren paraje haietan, guda Sertoriarrak, kristo aurreko 82. eta 72. urteen artean, eta aztarna nahiko aurkitzeko aukera omen zeukaten.
“Egun grisa zen hura, gogoratzen dut. Ez genuen denboratxo batean azpimarragarri zen ezer aurkitu eta pittin bat nekatuta genbilen. Lurra, lurra eta lurra besterik ez zen ageri. Ni nire buruan murgilduta nengoen, momentu hartan nire eskuilatxoarekin harri baten gainazala garbitzen, eta bapatean taldekide baten oihu bat entzun nuen. Guztiak hara joateko eskatzen zigun. Zerbait bazegoela, ezberdina zen zerbait. Gutxika gutxika lurperatuta zegoen metal zatiaren forma ikuskatzen hasi ginen, eta kontu handiz ibili behar ginen pieza hori bere tokitik ateratzeko. Denbora asko pasa izan zen guztiz atera genuen arte. Brontzezko kolore berdexka zuen eta inoiz ikusi ez genuen forma: esku bat zen, bere bost hatzekin, 15 cm gutxi gorabeherako luzerarekin. Liluraturik geunden, horrelako aurkikuntzak garrantzi handia zeukala sumatzen genuen arkeologian emandako urte guzti horien ondoren”.
Eskuak idatzitako keinu batzuk zeuzkan, gaur arte oraindik argitu gabe jarraitzen dutenak. Garaiko euskeran idatzita, deszifratu den zati bakarra “Sorionekoak” hitza da, bestea misterioa izaten jarraitzen du gaur egun ere. Zorionekoak gu, etorkizunekoak? Zorionekoak garai haietakoak? Zorionekoak, bakean bizi diren haiek? Ez dakigu. Hala ere, arkeologiaren zientzian guztia ez da matematiketan bezalakoa, eta hor dago bere edertasuna. Iraganari buruzko ideiak bildu ditzakegu gure buruan, iraganari buruz ikasi, noski, baina haren ebazpen zehatza ez dugu inoiz izango. Kabu solteek gehiago ikertzera bultzatzen gaituzte, gure arbasoei buruz gehiago jakitera bultzatu, nondik gatozen hausnartzera gonbidatu. Dauzkagun altxorrei buruz konturatzen ere laguntzen digute. Hizkuntza baten edertasuna, garrantzia, aberastasuna, ondarea, eman diguna, egin gaituena. Irulegin aurkitutako eskua idatzi zuenaren lekuan jarriko ahal bagina, honek zer dioen jakiteko! Ziurrenik 2000 urte baino gehiago pasata sortuko zuen algara ez luke inoiz asmatuko. Harentzat brontzezko esku formako eskultura hori egitea naturala izan zen, norbaitek eskatu ziolako ala berarentzat egin zuelako, baina berdin dio: iraganaren sekretuak, sekretu.
Baina horri buruz hausnartuta, agian eskuak zer esan nahi digun jakitea ez da garrantzitsuena. Beharbada garrantzitsua dena gure euskera zaintzea da, beste 2000 urtez, gure arbasoek egin zuten eran. Agian 2000 urte barru norbaitek, guk gaur Irulegiko eskuarekin bezala, gaur idatzi dugun zerbait aurkituko du. Eta hizkuntza hori zein zen galdetu egingo da, historiaren baitan galdu ala mantendu eta eboluzionatu den hizkuntza.
Nire amak 38 urte ondoren arkeologia maitatzen jarraitzen du, eta nik kontatzen dizkidan pasadizoak maitatzen jarraitzen dut ere. Guri buruz ikasten baimentzen digun zientzia delako, jaso dugun ondareari buruz, izan ginenari buruz. Orain 2000 urte barru aurkituko duten hurrengo Irulegiko eskuaren edukia pentsatzen hasi behar gara, utzi nahi dugun ondarea zein den hausnartu, gure ondotik etorriko direnei utziko diegun mundua guretzat nola izatea gustatuko litzaiguken pentsatu. Eta horren arabera aurrera jarraitu.

JOVEN EUSKERA

Arkeologia arriskutsua

Autora: Miren Mondragon


Alaitz arkeologoak urte osoan gogor lan egin zuen eta azkenean merezitako oporrak
hartzeko garaia iritsi zen. Bere bidaiarako helmuga ezin hobea Egipto izango zela erabaki
zuen, misterioz eta sekretu arkeologiko liluragarriz betetako lekua.

Alaitz Egiptora iritsi zen eta antzinako piramide eta tenpluen edertasun eta handitasunarekin
txundituta geratu zen. Leku historikoak arakatzen ari zela, Alaitzek turismo-gidari bat
ezagutu zuen, eta hark Nilon zehar gurutzontzi batekin bat egitera gonbidatu zuen. Alaitzek
ez zuen zalantzarik izan eta eskaintza onartu zuen.

Gurutzaduran zehar, Alaitz eta gida turistikoa ondo pasa zuten Niloko paisaia ikaragarria
arakatuz eta Egiptoko historiari eta kulturari buruz gehiago ikasiz. Egun batean, ontziaren
estalkian zeudela, Alaitzek prismatiko batzuk hartu zituen ibai ertzera begiratzeko.

Orduan ikusi zuen arnasarik gabe utzi zuen zerbait. Urrutian, Alaitzek piramide itxurako
mendi bat ikusi zuen. Baina harrigarriena mendi gailurretik hurbil harkaitzean grabatutako
mapa bat zen. Mapak madarikazioz lurperatutako hiri baten kokapena erakusten zuen.

Alaitzek bazekien lurperatutako hiriari buruz gehiago ikertu behar zuela, eta gida turistikoa
konbentzitu zuen bilatzen lagun ziezaion. Ikerketa egun batzuen ondoren, Alaitzek eta bere
gidariak herriko herrixka bat aurkitu zuten, non adinakoek lurperatutako hiriaz eta haren
inguruko madarikazioaz hitz egiten zuten.

Agureek kontatu zieten hiria kobazulo batean ezkutatuta zegoela, gurutzaderatik ikusi zuten
mendian. Adinekoek ere ohartarazi zieten hiriaren gainean jarritako madarikazioa oso
erreala eta arriskutsua zela.

Alaitz eta bere gida turistikoa ez ziren beldurtu ohartarazpenaren ondorioz, eta lurperatutako
hiria bilatzeari ekitea erabaki zuten. Mendia eskalatu eta hiria zegoen kobazuloa aurkitu
zuten. Kobazuloan sartzean, Alaitzek eta bere gidariak hiria ondo kontserbatuta zegoela
ikusi zuten, atzo bertan lurperatua izan balitz bezala.

Hiria arakatzen ari zirela, bat-batean, dardara batek astindu zuen kobazuloa. Eskuan
zeramatzaten zuziak itzali egin ziren eta iluntasunak dena hartu zuen. Alaitz eta bere gidari
turistikoa ikaratu egin ziren, baina ez zuten lasaitasuna galdu.

Ordezko zuzi batzuk piztu zituzten, eta hiria esploratzen jarraitzea erabaki zuten, dardara
egin arren. Aurrera egin ahala, hiriko hormetan grabatutako estatua bitxi batzuk eta
antzinako sinbolo batzuk aurkitu zituzten.

Azkenean, haitzuloaren irteerara iritsi eta aire zabalera irten ziren. Atzean, haitzuloan, irudi
ilun eta mehatxagarria zirudien zerbait ikusi zuten. Alaitz eta bere gida turistikoa kobazulotik
urrun joan ziren korrika, baina bazekiten lurperatutako hiriaren madarikazioak oraindik ere
jazar zitzakeela.

Gau batean, lo zeudela, Alaitz eta bere gidari turistikoa lurrean dardara gogor batek esnatu
zituen. Kanpin-dendak ireki zituzten, eta haien inguruko zorua mugitzen ari zela ikusi zuten.
Lurra hain zegoen dardarka, non kanpin-taldea eta haiekin zeramatzaten indusketa-tresnak
lurrera erori baitziren.

Bat-batean, irudi ilun eta mehatxukor bat agertu zitzaien aurrean. Gizon bat zirudien, baina
haren azala gaua bezain iluna zen, eta haren begiek distira gorriz distiratzen zuten. Alaitz
eta bere gidari turistikoa harri eta zur zeuden beldurrak jota. Irudia ulertzen ez zuten hizkera
arrotz batean hasi zen hizketan. Alaitzek eta bere turismo-gidariak bazekiten arriskuan
zeudela, baina ezin ziren mugitu. Irudiak tinko begiratu zien, eta gero barrez hasi zen.
Bat-batean, gauean desagertu zen.

Azkenean, madarikazio aditu baten laguntza bilatzea erabaki zuten. Egipton lurperatutako
hiria aldez aurretik ikertu zuen arkeologo bat. Hark azaldu zien izpiritu gaizto bat esnatu
zutela lurperatutako hiria aztoratzean, eta haien aukera bakarra arazketa-erritu bat egitea
zela, madarikaziotik askatzeko.

Arkeologoaren gidaritzapean, Alaitzek eta bere turismo-gidariak errituala egin zuten.
Zeremoniaren ondoren, lasaitasun bitxi bat sentitu zuten biek beren buru eta bihotzetan.
Madarikazioa desagertu egin zela zirudien.

Azkenik, Alaitzek bere arkeologo karrera utzi eta bere familia eta lagunei begiratzea erabaki
zuen, bizitza eta lasaitasuna emozioaren eta abenturaren gainetik baloratuz. Bere gida
turistikoak, bestalde, bere lanarekin jarraitu zuen, baina bisitatzen zituen lekuen boterea eta
historia errespetatzen ikasi zuen.

Lurperatutako hiriaren madarikazioak marka bat utzi zuen haien bizitzetan, baina lezio
baliotsu bat ere erakutsi zien: beti izan behar dugu begirunea bisitatzen ditugun lekuen
historiari eta kulturari, eta gogoratu behar dugu gauza batzuk hobe direla iraganean
lurperatuta uztea.

ADULTO GALLEGO

O voo dunha bolboreta

Autor: Javier García Bello


—Xurxo! pilota o dron con máis tino! O escáner lidar montado nel é unha xoia que non se pode estragar tan afastados da civilización; polo menos, a tecnolóxica –pide nervioso Xiao.
—Non sufras, home, levo anos practicando e teño tantas horas de voo que parezo un piloto de aeroliña!
Nun bosque da provincia de Hubei, entre os ríos Amarelo e Yangtsé, Xurxo, xunto con varios científicos chineses, proponse atopar restos arqueolóxicos, ou o que se terce, aproveitando o excepcional permiso do goberno asiático. O escaneado vai procesándose no portátil ao mesmo tempo que sobrevoa o bosque.
—Non podo crer o que estou a ver! Xiao, Shui, mirade isto!
Na pantalla aparece unha estrutura, aínda que non perfecta por mor da vexetación, compatible cunha edificación rodeada dun foxo. O grupo dirixiuse cara a alí. Os investigadores e os axudantes puxéronse a limpar unha pequena elevación do bosque que coincidía co punto no portátil. Tras varias horas removendo restos vexetais, atoparon parte dun muro. Se non fose polo lidar, endexamais atoparían algo semellante.
—Parece que o muro segue cara a abaixo! –exclama Shui, moi excitada.
—Imos ver onde nos leva. Facede quendas de traballo para non deterse nin de noite! –ordénalle Xiao ao resto da tropa.
Os traballadores colocan luces e conéctanas a un xerador para poder ver o que fan durante as horas de escuridade. Tras un par de días retirando material chegan a un punto no que as raíces dunha árbore penetran fortemente o muro.
—Ide con tino, as pedras baixo as raíces están soltas. Tentade sacalas sen danar a árbore –aconsella Xurxo mentres Xiao e Shui miran abraiados cara a el.
—Que? Son amante das plantas e non quero mancala. Ademais, faille de sostén ao muro xa que a raíz e grosa e forte.
Xiao e Shui, xunto cos traballadores próximos, inclínanse lentamente cara a Xurxo en sinal de respecto, dando a entender que tamén eran os seus principios, e Xurxo responde coa mesma reverencia.
Tras a retirada das pedras, un oco duns cincuenta centímetros de lado permite a entrada a unha nova estancia. Os científicos colocan as mochilas, os cascos protectores, luces e entran decididos.
—Vaia, outro muro! Pero este parece que é de xeso...
—Si, Xurxo, probablemente estea feito de ladrillo e cascallos recuberto deste xeso. Muro exterior compacto e duradeiro, muro interior... Oxalá non me equivoque pero dentro deste muro ten que haber unha edificación –afirma Shui, moi didáctica.
Camiñan lentamente polo espazo entre muros, que é duns catro metros, ata que atopan un pórtico con dous dragóns gardándoo. Ao entraren poden ver, a uns dez metros, dous guerreiros que custodian unha entrada cuxa porta xa non existe.
—Vaites! Guerreiros de terracota! Se non me trabuco, deben ter máis de dous mil douscentos anos.
—Non te equivocas, Xurxo –asegura Shui–. É moi probable que sexan da dinastía Qin. Que farán aquí?
Cando entran pola porta, ven no centro da estancia unha especie de altar cunha pedra duns trinta centímetros de diámetro. Xurxo abre a mochila e saca unhas lentes de aumento para observala máis de preto.
—É un meteorito. A maior parte condrita, pero ten zonas metálicas. Tería que analizalo para estar seguro da súa composición. Que dicides, Xiao, Shui?
—Se está aquí, tan protexido e defendido, deberiamos investigar o porqué, non si?
Xurxo extrae da mochila unha broca especial con recollida de restos. Fai unha pequena fenda que penetra no meteorito uns dez centímetros mentres o po resultante se vai acumulando nunha pipeta.
Ao sacar a broca sae po a gran velocidade e a meirande parte del para na cara de Xurxo, que tenta non aspirar nada, pero un ataque de tose fai que teña que boquexar profundamente. Non o sabe, pero o material rochoso inspirado contén ARNm que agardaba no meteorito e que entra no seu torrente sanguíneo, penetra nas células e comeza a formar un novo ARN no seu ribosoma.
Horas despois, na tenda de campaña, o corpo de Xurxo comeza a loitar cos cambios que experimenta e que lle provocan unha elevada febre ao tempo que o ARN se multiplica a gran velocidade. A calor do lugar e a súa humidade, xunto coa temperatura extra do corpo de Xurxo, fan que os mosquitos se sintan atraídos e o piquen sen descanso.
Xurxo sae da tenda por auga e os mosquitos, fartos de comer, saen fuxindo dos seus espaventos. Un pequeno morcego que saíra a cazar atópase co inesperado banquete de mosquitos repletos de sangue e fai un festín con eles. O sistema inmune do morcego loita co ARN, pero este consegue mudar un dos virus que leva no seu corpo sen que sequera se decate.
E tan contento seguiría se non o cazasen e o levasen ao mercado de Wuhan. Pero iso xa é outra historia...

JOVEN GALLEGO

E foise a luz
Autora: Daniela Pedrosa Martínez
Era unha fría noite de inverno. Por a tarde empezaran a caer as primeiras folerpas, e inda non pararan!
-Subo o meu cuarto, vou ler un anaco. Díxenlle a miña nai.
Estaba escollendo o libro que ía empezar cando se apagou a luz. Dirixinme o interruptor, as apalpadas, cando de súpeto sentín que o meu corpo se deslizaba cara o chan a cámara lenta.
-Demo de alfombra!
No chan, decateime de algo no que nunca me fixara. Saía luz da porta do señor Pérez. Achegueime.
-Que dor de cachola e de cu!
Agarrei o tirador e tirei del, nada, probei cas dúas mans. Empezou a abrir lentamente. Pechei e abrín os ollos varias veces. Aquelo era un túnel moi longo e escuro, iluminado cunha tímida luz de candis. Entrei, o móbil seria a miña lanterna. As paredes estaban repletas de diferentes debuxos antigos; paxaros, elefantes, serpes, frechas, mans... Parecían xeroglíficos. O chan estaba es corredizo. Camiñaba devagar abraiada con todo aquilo. Un refacho de vento fíxome espertar. Estaba diante dunha bifurcación.
- Esquerda ou dereita? Dereita...Cavilei pouco convencida.
Este tramo era mais angosto, e tamén mais interesante.
Empezaron a parecer diferentes expositores con...DENTES???, aquilo eran dentes?. Aproximeime. Pois si, eran dentazos que alguén se encargara de ir limpando e identificando. Dentes enormes, coma súa raíz!
De súpeto apagáronse os candis, o corazón púxoseme a mil. Quixen berrar, pero non saíu ningún son por a miña gorxa. Respirei profundo e ordeneille o meu corpo que se movera. Tiña que saír. Tan pronto o meu pe esquerdo se moveu, volveu a luz.
- Ja,ja,ja, debe ter sensor de movementos. Dixen falando en voz alta e nerviosa.
Era o un bo momento para saír de alí, e esquecer todo o que acababa de ver. Pero coñecéndome un pouco....como ía marchar sen explorar aquelo.
Aproximeime a primeira mostra . A vitrina estaba selada, e o cristal que a recubría era duns 5cm de grosor.
Tiña unha placa que dicía; “Primates 65 millóns de anos. Patrón cuatritubelar.” E o lado había un dente como a punta dunha frecha.
-Cuatritubelar?, que significaba aquelo?.
Dirixíame a buscalo no meu telefono, e foi cando me din conta, que alí non tiña nin un ápice de cobertura.
-E se me pasa algo, como saio de aquí?. Debía marchar xa.
Mellor non, era unha oportunidade única, cando falara cas miñas amigas e llo contase ían morrer de envexa.
Seguín co traxecto.
“Homínidos 13 millóns de anos. Grandes caninos, esmalte fino”.
Repetía o mesmo patrón de presentación que a anterior. Detívenme a miralo un anaco, practicamente non vía moita diferencia co anterior.
-Podo sacar unha foto? Preguntei a nada. Decidín non facelo e seguir sen perder tempo algún co meu descubrimento.
“Homeomorfos; caninos potentes que sobre pasan o resto de dentes.”
Resultábame incrible que alguén, durante tantos anos fose capaz de conservar en tan boas condicións aquelo.
“Australopithecus: incisivos lixeiramente espátulados ;caninos robustos, con espazo de primate co bo desenvolvemento.”
Anotei na axenda do telefono a descrición, tiña palabras que descoñecía.
“Homo habilis 1,8 millóns de anos; redución de tamaño e grosor do esmalte.”
Estaba tan entretida que non me fixara que o fondo había unha porta cun cristal pequerrecho. A través del víase unha luz, coma dun faro, que ía xirando. Nela había unha placa cun escrito. Seguín ca miña travesía deixando para o final aquela misteriosa porta.
“Homo erectus 1.900.000-200.000 anos redución dental (tanto en tamaño como en elementos y complexidade).
-Que terá agochado esa porta? Rosmaba para os meus adentros.
“Homo antecessor; dentes de gran tamaño e os premolares están molarizados.”
-Se isto esta o alcance de todo mundo, detrás desa porta...
“Home de Neandertal; 235.000 -35.000 anos maxilares robustos.”
Pese a seguir lendo todas aquelas placas a miña atención agora estaba divagando intentando adiviñar que se escondía detrás da porta.
“Home Cro-magnon; 30.000 anos redución do tamaño dos dentes posteriores”
Decidín deixar a exposición para ir sanear a miña curiosidade. Achegueime con paso decidido. E pareime antes de nada a ler o que poñía aquela placa.



Parabéns no dia do arqueólogo familia Pérez
Gracias o voso dedicado traballo hoxe coñecemos o noso pasado, as nosas raíces e a nosa identidade.


O presidente do goberno
Pedro Sánchez

Mirei a través do cristal, aquel cuarto estaba repleto de miles de millóns de dentes metidos nun liquido e en tarros de cristal. Pitou o meu móbil, era o sinal de aviso, so me quedaba un 5% de carga. Escoitei uns pasos que se dirixían a abrir a porta dende dentro.
-Pes para que vos quero!
Empecei a correr con todas miñas forzas, pero o chegar o chan esvaradío as dúas pernas foron a par para diante e...

-Daniela, esperta filla. Foise a luz, quedaches durmida no chan.
Era a voz de miña nai, estaba a salvo.

PREMIO ESPECIAL "DE CIENCIAS Y LETRAS"

Natàlia Alcover Fortuny
Escola Augusta (Barcelona)